Publicado: abril 13, 2025, 9:00 pm
Un bombardeo ruso mató este domingo a más de 30 personas, entre ellos dos niños, y causó más de 100 heridos en el centro de Sumi, una ciudad del nordeste de Ucrania, lo que suscitó fuertes condenas de Estados Unidos y la Unión Europea.
El ataque, perpetrado con misiles balísticos en plena afluencia por el Domingo de Ramos, es el más mortífero desde hace meses en Ucrania, invadida por Rusia en febrero de 2022.
También se produjo dos días después de la visita de un emisario estadounidense a Rusia. Ambos países reanudaron sus contactos desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
«Rusia golpeó el centro de la ciudad con misiles balísticos. Justo cuando había mucha gente en la calle», informaron los rescatistas ucranianos en redes sociales.
El último balance ofrecido a las 18H00 (15H00 GMT) por el servicio de emergencias ucraniano dio cuenta de 34 muertos, incluidos dos niños. Otras 117 personas resultaron heridas, entre ellas 15 menores.
Las autoridades locales de Sumi, fronteriza con Rusia, publicaron imágenes de cuerpos tendidos en las calles y de personas corriendo para refugiarse de los bombardeos.
También difundieron fotos de vehículos en llamas y de civiles heridos, y decretaron tres días de luto.
El ataque tuvo lugar «un día en que la gente va a la iglesia: Domingo de Ramos (…). Sólo los malnacidos pueden hacer esto», reaccionó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
«Sin una presión realmente fuerte, sin un apoyo adecuado a Ucrania, Rusia continuará llevando a cabo esta guerra», declaró en un mensaje en Telegram, en el que acusó a su homólogo ruso, Vladimir Putin, de haber «ignorado la propuesta estadounidense de un alto el fuego total e incondicional».
«Baño de sangre»
Posteriormente, en una entrevista con la televisión CBS, Zelenski instó a Trump a visitar Ucrania «antes de cualquier tipo de negociación» para que entienda «lo que hizo» Putin con su guerra.
El bombardeo es «un ejemplo horrible de la intensificación de los ataques de Rusia mientras Ucrania aceptó una tregua», denunció la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se mostró «profundamente alarmado y conmocionado» por el ataque ruso.
El primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, escribió en X que «este último ataque mortal es un recordatorio brutal del continuo baño de sangre perpetrado por Putin».
Otros dirigentes europeos reaccionaron, como el presidente francés, Emmanuel Macron, que pidió a su vez «medidas fuertes» para imponer una tregua a Moscú.
«Fue un acto pérfido (…) y es un crimen de guerra grave», declaró el futuro jefe del gobierno alemán, Friedrich Merz.
Fue un ataque «inaceptable» que «sobrepasa los límites de la decencia», denunció por su parte Keith Kellogg, el enviado estadounidense para Ucrania.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, calificó el bombardeo de «horrible» y expresó sus condolencias a las víctimas.
El ataque se produjo dos días después del encuentro en San Petersburgo entre el emisario estadounidense Steve Witkoff y Putin.
Washington propuso en marzo un alto el fuego, pero Putin no se mostró convencido y la propuesta de tregua de 30 días, aceptada por Kiev, no se concretó.
Kiev y las potencias occidentales sospechan que Rusia, cuyo ejército es más numeroso y está mejor equipado en el frente, prolonga deliberadamente las negociaciones.
Presión creciente sobre Sumi
Rusia ha atacado a Ucrania sin descanso en las últimas semanas a pesar de la presión de Trump para poner fin al conflicto.
Un bombardeo ruso dejó 18 muertos a inicios de abril en Krivói Rog, en el centro de Ucrania. Nueve niños murieron ese día en el ataque, que conmocionó a todo el país.
Sumi está más al norte, cerca de la frontera, y sufre una presión creciente desde que Moscú hizo retroceder a gran parte de las tropas ucranianas en la vecina región rusa de Kursk.
La ciudad, hasta ahora, ha evitado la intensidad de los combates que se han desarrollado más al sur, en la región de Donetsk. Pero Kiev advierte desde hace semanas que Moscú podría lanzar ahí una ofensiva.
Rusia reivindicó el jueves la toma de un pueblo en la región homónima, un avance poco común en esta zona del nordeste de Ucrania de donde sus tropas tuvieron que retirarse en la primavera de 2022.
El comandante de las fuerzas armadas ucranianas, Oleksandr Sirski, afirmó el miércoles que los rusos habían comenzado «hace algunos días» ofensivas en las regiones de Sumi y Járkov, también en el nordeste.