Blake Lively revela en un sorprendente discurso que su madre sobrevivió a un intento de asesinato - Venezuela
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Blake Lively revela en un sorprendente discurso que su madre sobrevivió a un intento de asesinato

Publicado: abril 26, 2025, 9:30 am

«Tengo bastante que decir sobre los últimos dos años de mi vida, pero esta noche no es el momento», comenzaba diciendo Blake Lively en la gala de la revista TIME en la que ha reaparecido en mitad de su tormenta mediática, a la cual hacía una alusión velada con esas palabras. Se trata, por supuesto, de la batalla legal que mantiene con su director y coprotagonista en la cinta Cerrar el círculo, Justin Baldoni, a quien denunció por acoso laboral y sexual.

La intérprete y modelo de 37 años, que de hecho ha sido nombrada una de las 100 personas más influyentes de 2025 por la citada publicación no solo gracias a su carrera en la pequeña y la gran pantalla sino también debido a su activismo social y filantrópico, daba inicio así un discurso en el que puntualizaba qué conllevaba precisamente el hecho de que te nombren como una persona «influyente» y cómo repercute en la sociedad tener de forma continuada y desde que se levanta hasta que se acuesta «el sentimiento de ser hoy por hoy una mujer que tiene un altavoz» mediático.

Unas poderosas palabras que se tornaban sorprendentes cuando, mirando a todos los presentes en la ceremonia que tuvo lugar en el Lincoln Center de Nueva York, incluido su marido, Ryan Reynolds, prefería centrar su alegato en Willie Elaine McAlpin, su madre. Un ya aplaudido y celebrado discurso en el que, emocionada, revelaba una historia jamás contada sobre su progenitora, dando a conocer que había sobrevivido a un intento de asesinato tiempo antes de que ella naciese.

Señalándola y presentándola después de dedicarle también unos segundos a los «hombres que están al lado» de las mujeres que lo necesitan, dirigiendo una mirada al actor de Deadpool, Lively, con un vestido palabra de honor rosa, color a buen seguro no escogido al azar, exponía que su madre ha sido «quien más ha influido» en su vida. «Es una eterna optimista que está todo el tiempo dejándome mensajes, gritándome al oído: ‘La vida es tan solo un bol de cerezas», decía, utilizando una popular expresión anglosajona sobre las virtudes y gracias que puedes encontrar en el día a día.

Lo que no esperaba casi nadie entre el público era que seguidamente la actriz de Gossip Girl contase una realidad silenciada incluso en su familia: «Mi madre jamás obtuvo justicia contra un compañero de trabajo que intentó quitarle la vida cuando ya era madre de tres niños pequeños, años antes de que yo naciera». E, inmediatamente, y ante el asombro del respetable, Lively explicaba la historia, el «trauma» y cómo Willie Elaine McAlpin fue capaz de superar aquello.

«Ella siempre ha dicho que su corazón sigue latiendo todavía gracias a la historia que escuchó de otra mujer que estaba viviendo unas circunstancias similares», desvelaba Lively, atribuyéndole el mérito de que su madre estuviese con ella en la ceremonia a «esta mujer que contó [su experiencia] por la radio mientras mi madre estaba conduciendo un día cualquiera de vuelta a casa».

La homenajeada, que aprovechaba la coyuntura de su discurso para alabar a otras mujeres valientes y cuyo tesón ha cambiado la perspectiva en nuestro presente como Gisèle Pelicot —también en la lista de las 100 mujeres más influyentes del año para TIME—, celebraba así que dicha mujer anónima compartiese «dolorosa y gráficamente cómo escapó [de aquella situación]» en su momento porque «gracias a escuchar a esa mujer hablar de su vivencia en lugar de encerrarse en el miedo y en la vergüenza injusta», su madre seguía con vida a su lado.

Una sororidad femenina a la que Lively daba un doble valor, por el anonimato y por el coraje necesario: «La salvó una mujer cuyo nombre nunca voy a conocer. Yo estoy viva, y, honestamente, aquí, hoy, estoy con todos ustedes solo gracias a una mujer cuyo nombre jamás conoceré. Yo estoy aquí, pero también mi madre está aquí, porque esa mujer no solamente sobrevivió, sino que les contó a otras mujeres cómo hacerlo».

Para la intérprete, la sororidad es «una antorcha silenciosa dentro de la feminidad que somos capaces de conocer, un pacto tácito por el que en privado debemos mostrar a otras cómo sobrevivir, ya sea literal o espiritualmente». «Quizá no se lo decimos a nuestras hijas, pero un día les acabamos rompiendo el corazón al contarles un secreto que les hemos estado ocultando desde la época en la que se hacían malabares para vestirlas de princesa», recapacitaba.

«[Nuestras hijas] No están seguras, y probablemente nunca lo estarán, ni en el trabajo, ni en casa, ni en un aparcamiento, ni en una consulta médica, ni en Internet, ni en ningún espacio que habiten. Ni física, ni emocional ni profesionalmente». Palabras quizá desalentadoras que, a continuación, tenían su réplica: «Sin embargo, yo sí conozco el superpoder del triunfo femenino».

«Yo lo he podido tocar, le he dado la mano. Lo estoy viendo en este salón en este mismo instante. Ahora. Estos deberían ser los finales felices que veamos como niñas y como mujeres adultas. Poder llegar vivas al final, física o emocionalmente, porque lo haremos. Y prosperamos. Incluso cuando no parezca posible. Incluso cuando sintamos el dolor más agudo. Que jamás se subestime más la capacidad de una mujer para soportar el dolor», concluía la actriz.

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