Publicado: agosto 18, 2025, 1:30 am
Beatriz Gutiérrez, esposa del ex presidente de Méjico, Andrés Manuel López Obrador, más conocido como AMLO por las iniciales, se ha venido a vivir a Madrid con su hijo para estudiar en una universidad española. Es una buena noticia, anticipada el sábado por ABC, que personalidades tan relevantes hayan escogido la capital para instalarse. Su marido, igual que está haciendo su sucesora, perturbó durante su mandato las relaciones con España pretendiendo que el Rey Felipe VI pidiese perdón a su país por los excesos cometidos por los conquistadores hace 500 años.
Como es lógico, no consiguió su empeño. Si los conquistadores cometieron excesos también aportaron bastantes cosas importantes a los antiguos pobladores, empezando por un idioma universal y una identidad cultural que los mejicanos han venido mejorando ya consideran como propias. Igual podrían reclamar otros países hermanos y la propia España si tomase al ejemplo para exigirlo. No hay que olvidar que a lo largo de la historia la invadieron e impusieron durante muchos años su autoridad en buena parte del territorio los árabes, por ejemplo. Por no recordar a los franceses, a Napoleón y su hermano, José Bonaparte.
Lo mismo se podría acusar si es que no elogiar de otros descubridores y colonizadores de América y otros continentes, como Portugal, Inglaterra, Francia y un etcétera interminable de países. ¿Acaso no sería un ridículo en el tiempo que vivimos ver a todos los gobiernos pasándose la vida en las Naciones Unidas cruzándose disculpas entre ellos como si no tuvieran otra cosa qué hacer? Hasta Méjico tendría quizás que responder a alguna.
Pretender algo así en pleno siglo XXI, cuando la preocupación es mantener la paz, superar rencores y compartir esfuerzos para lograr un desarrollo económico global que mejore la vida de tantos cientos de millones de diferentes rincones del planeta, incluidos algunos mejicanos, que necesitan ayuda foránea para salir de la pobreza.
Que personas como la señora de AMLO haya elegido Madrid entre tantas opciones atractivas como tendría para elegir para vivir nos honra a los españoles. Se impone darle una bienvenida afectuosa, desearle que disfrute de tantos atractivos e invitarla para que viaje por España, igual que hacemos los españoles cuando visitamos Méjico, donde lo pasamos siempre muy bien conviviendo con un pueblo amable y animado que no olvida una historia que enseña a convivir y rechaza fomentar discordias y revanchas.
