Publicado: mayo 15, 2025, 8:00 am
“Muchas personas podrían dudar cuál es su tipo de sangre, pero nadie dudará sobre su signo zodiacal. Es parte del inconsciente colectivo dentro de la dinámica social en la que vivimos”, comenta el curador David Eduardo Caliz Manjarrez mientras recorre la exposición Bajo el signo de Saturno. Adivinación en el arte, que desde la noche de este miércoles queda abierta al público.
Caliz Manjarrez camina por los cuatro núcleos divididos en propuestas de esta curaduría sobre las posibilidades metafísicas y su profunda relación con el arte, ambas disciplinas que permiten retratar, imaginar otras formas de asimilación metafísica: Espiritismo, Clarividencia, Astrología y Terror Cósmico.
Describe algunas razones, orígenes, motivaciones, técnicas de piezas tan distintas entre sí como únicas por su belleza, rareza o atractivo simbólico, también por las historias que el curador puede compartir sobre este mar de interpretaciones esotéricas.
Entre las más de 200 piezas expuestas se encuentra el retrato al óleo de Francisco I. Madero realizado por Joseph Leitsch en 1911, y junto a él, una serie de publicaciones de aquella segunda década del siglo XX que hacían referencia, muchas veces con sincera mofa, sobre el pensamiento espiritista del expresidente mexicano.
La ilustración “Prácticas modernistas” publicada en la Revista Multicolor de julio de 1911 presenta el semblante de Madero con las manos postradas sobre una mesa con una vela al frente y detrás de él, la sombra de un ¿espectro?, y al pie de la imagen se lee la siguiente línea: “¿Con quién habló?”. Está firmada con la sigla RM, probablemente Roberto Montenegro. También se exhibe la portada del semanario El Ahuizote de julio de ese mismo año que titula su edición: “Un lunático”, mientras ilustra a Madero vestido con un traje de mago y un sombrero de pico con motivos estelares.
Los arquetipos del arte
En la exposición también se aprecian representaciones con este misticismo como el óleo “Las espiritistas” (1903), de Juan Téllez Toledo, y la litografía “The seance” (Sesión espiritista,1998), de Leonora Carrington, lo mismo que el óleo “Quiromántica” (1950), de Teresa Morán, y una rarísima y enigmática obra de Saturnino Herrán: “La mujer X, retrato de Virginia Fábregas” (1917); seis aguafuertes de la serie “Los Caprichos” (ca. 1823), de Francisco de Goya, y el magnánimo óleo sobre arena y tela “El iluminado” (1976), de Rufino Tamayo.
Se presume particularmente la que señalan como una de las estrellas de la colección, “Las espiritistas”, de Juan Tellez Toledo.
“¿Qué tiene en común la obra de artistas como Alberto Durero, Baltasar Echave y Roberto Montenegro? (Sobre ellos) justo desde la perspectiva de Carl Gustav Jung, podemos hacer una lectura arquetípica de las imágenes. En el tarot, por ejemplo, los 22 arcanos lo que construyen es precisamente eso, arquetipos, con elementos como el arquetipo del padre, de la madre, de la muerte, el anciano o el sabio que se ven reflejadas en cada una de las obras con las que queremos podemos plantear perspectivas distintas de nuestro propio acervo”, señala el curador mientras camina micrófono en mano.
Muy cerca quedó expuesta la mesa de tarot y el tarot de Eugenia Martínez, titulado “Las mujeres que vinieron del fuego. El antiguo Tarot de Marsella para despatriarcalizar la fortuna” (2021), donde despliega el mazo con cartas intervenidas.
Esperan buenas cifras de visita
El curador ha terminado de dar su recorrido. Pero gran parte de las personas que asisten al recorrido con medios vuelve a las obras que le atrajeron, que son varias. Hay quienes se regresaron desde el inicio, para un verdadero recorrido por la exposición, después de perseguir, grabadora y algunos, libreta en mano, al personal encargado de llevar a la altura del pecho la bocina que amplía un poco más el rango de escucha sobre todo lo que refería Caliz Manjarrez micrófono en mano.
Frente a las detalladas cartas astrales de Ramón López Velarde, Remedios Varo y Jean Schuster se escuchan los comentarios de un grupo de visitantes. Se les oye decir: “Yo soy capricornio en Sol y virgo en Luna”; intercambian descripciones astrológicas detalladas sobre uno mismo.
Una pareja se desplaza de camino a la salida que desemboca en la tienda de souvenirs con playeras, libretas, imanes, porta vasos, termos, separadores con ilustraciones sobre la muestra, comenta sobre las conclusiones de su recorrido: “En cada sala, entre más avanzo, me encuentro con una nueva joyita”.
Es la apuesta del Munal por una exposición que está buscando gran asistencia, quizás porque apela a esa misma lógica con la que funciona la memorización del horóscopo antes que de nuestro tipo de sangre. Todo esto lo sugiere la apuesta de largo aliento para mantener la exposición abierta, según espera el curador, hasta febrero del 2026.
Dos visiones hermanadas
“El arte puede funcionar para comprender estas las prácticas adivinatorias y herméticas y viceversa. El intercambio es así de profundo”, señala el curador con entusiasmo. A unos metros se proyecta una selección del largometraje de “La montaña sagrada” (1973), de Alejandro Jodorowsky. Y añade: “La astrología nos ha acompañado por más de 3,000 años y lo que tratamos hacer en esta exposición es entender que forma parte de la historia cultural de las ideas”.
Por otro lado, en un mundo hiperracionalizado, detalla que “los surrealistas plantean adentrarse en las profundidades del inconsciente y con ello con la posibilidad de jugar con el azar, el sueño y, sobre todo con la incertidumbre. Por eso Bretón, Leonora Carrington, Remedios Varo, se integran mucho a estos conocimientos porque ayudan a salirse del mundo de lo racional, de lo totalmente establecido para ampliar posibilidades dentro del mundo”.
Son tantos los motivos, perspectivas, representaciones y propuestas estéticas en esta exposición, que se apuesta por una gran convocatoria.
Bajo el signo de Saturno. Adivinación en el arte
- Museo Nacional de Arte
- Tacuba 8, Centro Histórico, Alcaldía Cuauhtémoc
- Abierta hasta febrero de 2026
- De martes a domingo
- De 10:00 a 18:00 horas