Publicado: enero 14, 2025, 3:00 am
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Que buen palmarés el de Mexicana de Aviación en su primer año de operación: transportó a 384,000 pasajeros en 2024, poco más de 1,000 pasajeros diarios en 19 operaciones por día lo que arroja un promedio de 53 pasajeros por vuelo. (Las aeronaves tienen una capacidad de 180 asientos). Acaba de cancelar ocho rutas por falta de demanda quedando 10 destinos; le quedan sólo dos aviones que pertenecen a las Fuerzas Armadas porque los dos que le alquilaba la empresa TAR acaban de ser retirados; al tercer trimestre de 2024 acumuló pérdidas por 932 millones de pesos; el subsidio anual fue de más de 2,000 millones de pesos; tiene pendiente un proceso judicial de la empresa SAT Aero por incumplimiento de contrato con la exigencia de una compensación de casi 10 millones de dólares. ¿Alguna duda de la incapacidad de los militares y burócratas para operar una línea aérea comercial? ¿Con base en que nos dice la Presidenta que “Mexicana tiene larga vida”? En resumen, la aerolínea está en operación gracias a la dilapidación de nuestros impuestos.
Si AMLO tuvo la ocurrencia de Mexicana, ahora a Sheinbaum se le ocurre que la 4T puede fabricar, en asociación privada, mini autos eléctricos. Sin ningún plan operativo y mucho menos financiero, se anuncian tres modelitos que costarán al público entre 90 y 150,000 pesos (¿cuánto es el costo de la batería de litio que tiene que ser importada?). Ingenieros y diseñadores “orgullosamente mexicanos le darán realidad” a la línea de autos “Olinia” (moverse en náhuatl). Ya se está buscando donde ubicar la planta, y han dicho que cuando se tenga el diseño, buscarán inversionistas para asociarse en la producción. El dibujo presentado de la línea de esos tres mini vehículos eléctricos más bien parecen cochecitos de golf, ¿ayudarán a solucionar el problema de la movilidad urbana? Apunte usted otro fracaso financiero de la 4T. Nuestros impuestos directo a la hoguera fiscal.
La 4T no ha aprendido del pasado. Sobran ejemplos de que el gobierno es un pésimo administrador y productor; por ello privatizó más de 1,000 empresas entre 1989 y 1993. Me viene a la mente un caso: DINA (Diesel Nacional), una paraestatal dedicada a la fabricación de vehículos de transporte, principalmente autobuses y camiones que estuvo ubicada en el Complejo Industrial de Ciudad Sahagún, Hgo. En los setenta y ochenta acumuló pérdidas significativas, lo que la convirtió en una carga financiera para el gobierno debido a su falta de rentabilidad, la necesidad de subsidios constantes, corrupción y su incapacidad para competir en un mercado más abierto. DINA fue privatizada en 1989. DINA fue un botón de la gran muestra de que es una pésima idea que el gobierno produzca bienes de manera directa.
Se habla constantemente de la necesidad de una reforma tributaria para que el gobierno tenga más recursos para sus necesidades y varios analistas apoyan esta visión. Pero esto es una narrativa equivocada. Si el gobierno derrocha y malgasta, el contribuyente no tiene por qué darle más recursos. Hasta que la 4T nos demuestre que gasta eficientemente sin dilapidaciones y haya transparencia en sus gastos, los contribuyentes aceptaríamos pagar mayores impuestos.
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