Publicado: diciembre 19, 2025, 8:30 am
La presencia de Pablo Urdangarin y Johanna Zott, su novia, en la final de OT, que tuvo lugar esta semana en el Parque Audiovisual de Tarrasa, fue una de las sorpresas no musicales de la velada.
El hijo de la infanta Cristina y su novia se sentaron en la grada, con más personas del público, y aplaudieron las actuaciones de los finalistas y la elección de Cristina Lora como ganadora.
Vanitatis cuenta cómo se gestó la presencia del deportista y la estudiante de Medicina en la gala final de OT: por la vía normal y sin favoritismos.
Al parecer, la organización no supo que Pablo Urdangarin acudiría hasta que su novia, al completar el formulario de reserva online que Gestmusic, la productora, comparte para los interesados, se vio obligada a poner los apellidos de ‘su acompañante’. Ahí es donde se dieron cuenta de que el hijo de la infanta Cristina iba a aparecer ‘por sorpresa’..
En un principio, la pareja pensó en llegar a las instalaciones en el bus lanzadera que la productora ponía para los asistentes, lo que aún intrigó más a la organización sobre la identidad de la pareja. Pero finalmente, se decantaron por ir en su coche.
Es en lo único que terció la organización, y lo hizo no por petición de Pablo y Johanna, sino por ‘seguridad’ fue en dejarles un espacio más privado para aparcar que el parking público.
Pablo Urdangarin y Johanna Zott realizaron la cola general de acceso a la grada, recibieron su bocadillo y su bebida correspondientes (que consumieron) y ocuparon con normalidad los dos asientos que se les había asignado de forma completamente aleatoria.
Ambos disfrutaron al máximo de la final de Operación Triunfo 2025, un formato que, bajo las palabras aportadas a Vanitatis, «se nota que lo habían seguido con ganas», o eso se deducía por su implicación. No dudaron en aplaudir cada actuación, comentarlas en voz baja e incluso sorprenderse de alguna de las decisiones del público. Especialmente, el 5º puesto de Claudia Arenas, puede que fuera su favorita.
Cuando la gala terminó, y después de hacerse algunas fotos con el público que se lo pidió, volvieron a Barcelona, donde viven, en su coche.
