Publicado: marzo 30, 2025, 6:30 am
La historia de amor de Carlos Sobera y su mujer, Patricia Santamarina, comenzó hace más de 20 años. A pesar de ser una personalidad de lo más famosa en televisión y haberse convertido en uno de los presentadores por excelencia en España, se desconocen muchos datos sobre la relación del vasco y la productora teatral.
Uno de los momentos más importantes para la pareja durante estos años fue su boda. Una década después de comenzar su relación se dieron el «sí, quiero» de una manera muy especial y diferente a la que estamos acostumbrados a ver.
El lugar elegido para ser el escenario de esta unión, que fue totalmente íntima, fue una playa de México, donde se realizó la ceremonia a través de un rito maya. La primera hija en común de la pareja, Natalia, y Arianna, hija mayor de Santamarina, fueron los testigos de una celebración informal en la que predominó el estilo boho.
Fue el 3 de mayo de 2015 cuando, rodeados de familiares y sus amigos más cercanos, la pareja decidía casarse en Tulum, Cancún, un lugar de ensueño. «Ha sido mejor que nuestra boda soñada. Emotiva, sentida, compartida… Pocas veces se da este grado de entrega y unión entre todos los presentes», desvelaron hace diez años.
«Elegimos México porque es un lugar mágico para nosotros, y la ceremonia fue muy emotiva, celebrada por un chamán en su lengua nativa y ante un mosaico de semillas y frutas como metáfora del matrimonio», añadieron.
Por su parte, Sobera ha expresado en diferentes ocasiones el gran amor que persiste en él hacia Santamarina: «Tantas cosas se hubieran perdido en el camino sin ella… El camino en sí y yo mismo, nos hubiéramos ido, para siempre…».
Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas. Y es que la mujer del presentador aseguró que Sobera le «caía fatal»: «Le veía y le tenía rabia, hasta me quitó una casa que yo iba a comprar, cuando tenía que verle por trabajo iba jurando en arameo», confesó.
Pese a un mal comienzo, el retraso de una grabación hizo que ambos coincidieran en un camerino y comenzaran a hablar: «Me di cuenta de que ahí había algo porque me sonreíste, con ese amor cuando entraste. En ese momento me di cuenta de que había algo, después de ese cruce de miradas», desveló Patricia al vasco.