Publicado: septiembre 26, 2025, 6:30 am
Su nombre guarda un significado con el que ella se siente más que identificada. Salma, de origen árabe, se puede traducir como «paz, seguridad o tranquilidad». Y ella, la princesa Salma de Jordania, cree en el primero de dichos términos a pies juntillas. Por eso, a sus 25 años, los cuales precisamente cumple este mismo viernes, ya se ha convertido en toda una defensora del fin del genocidio israelí en Palestina, habiendo ella mismo tomado parte en el envío de ayuda humanitaria a Gaza a pesar de que eso la llevó, incluso, llegando a ser el centro de una campaña de desinformación.
La princesa Salma bint Abdalá nació en el Centro Médico Rey Hussein de la capital del país, Amán, el 26 de septiembre del año 2000, convirtiéndose en la tercera —la segunda hija— de los cuatro vástagos que han tenido el rey Abdalá II y la reina Rania de Jordania en su largo matrimonio (se casaron en junio de 1993) para continuar el linaje hachemita, siendo sus hermanos mayores el príncipe heredero Hussein y la princesa Iman, y su hermano pequeño el príncipe Hashem.
Se sabe que, en lo que respecta a su formación escolar, el 22 de mayo de 2018 terminó sus estudios de enseñanza secundaria en la Academia Internacional de Amán (IAA, por sus siglas en inglés, idioma en el que se estudia), a lo cual siguió, en términos meramente educativos, finalizar, en mayo de 2023, la licenciatura en Arqueología en la University of Southern California (Universidad del Sur de California), un centro universitario privado en el que llevaba varios años cursando la carrera… la cual compaginó con una importante ancla en su vida: el ejército.
Pero antes de llegar a ello, hay que matizar que, para aquel entonces, la princesa Salma ya había debutado públicamente y, además, había sido la protagonista de su primera polémica. Fue en febrero de 2015 cuando la princesa, junto a su hermano pequeño, participó en una iniciativa para la plantación de árboles en honor al piloto jordano Muath al-Kasasbeh en un parque de la capital, así como en julio de 2017 fue quien acompañó a su padre en una visita de Estado a Francia.
Sin embargo, en septiembre de aquel mismo año, sabiendo quizá que su futuro estaba en el mundo militar —y sin olvidar que sus abuelos maternos, los padres de Rania de Jordania, eran de Palestina y tuvieron que emigrar a Kuwait, donde nació la futura reina—, la Radio del Ejército de Jordania dio a conocer que la princesa Salma había participado en una protesta contra la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, información que nunca se desmintió.
Después de aquello y de terminar sus estudios de educación secundaria, pero antes de entrar a la universidad, la princesa Salma ingresaba en la Real Academia Militar de Sandhurst, ubicada en el Reino Unido, quizá una de las más famosas a nivel formativo militar, pues es la institución en la que, entre otros, estudiaron los príncipes Guillermo de Inglaterra y Harry, duque de Sussex.
Se graduó tras un curso intensivo en noviembre de 2018, siendo nombrada inmediatamente después de ello, el 24 de ese mismo mes, subteniente de las Fuerzas Armadas de Jordania, para, en 2020, hacer historia en su país, convirtiéndose en la primera mujer piloto de un avión a reacción en el ejército del país hachemita. Gracias a ello, por ejemplo, en junio de 2021, y representando a su padre, la princesa Salma inauguró el Centro de Entrenamiento Militar Femenino de Zarqa, al norte de la capital.
En diciembre de 2023, además, llegó un momento clave en su vida y uno por el que además se ganó todavía más el respeto de los jordanos. Porque, en su papel de primera piloto en la historia de las Fuerzas Armadas del país, que hace frontera con Palestina e Israel, participó en un vuelo de ayuda humanitaria y equipamiento médico para reabastecer un hospital de campaña jordano con 41 camas en el norte de Gaza, dando a conocer el propio ejército que la princesa había formado parte de un lanzamiento aéreo de suministros médicos urgentes en la Franja.
«Salma con sus hermanos de armas de la Real Fuerza Aérea de Jordania durante el quinto envío de suministros médicos urgentes al norte de Gaza. Dios los bendiga a todos», escribió en una publicación en Instagram, en inglés y árabe, su madre, muy orgullosa de mostrar a su hija con el uniforme militar. Eso sí, precisamente sus imágenes con aviones de las Fuerzas Armadas fueron utilizadas para una campaña de desinformación algunos meses después.
Ocurrió en la primavera de 2024, cuando comenzaron a circular rumores, de los que se hicieron eco algunos medios tanto israelíes como árabes, de que la princesa Salma había participado en unas misiones para derribar misiles y drones que se habían lanzado desde Irán e iban a impactar en Israel —para lo cual tendrían que sobrevolar Jordania—. No solo eso, sino que ella misma había sido capaz de derribar de cinco a siete proyectiles. Finalmente, los medios dieron marcha atrás y admitieron que la información era falsa y que la imagen con la que habían conocido la información era una manipulación de un reportaje que le había hecho a la princesa algunos años antes con motivo de su entrada en el ejército.
