En este caso, es tan sencillo como uno de los refranes más conocidos: de tal palo, tal astilla. Porque es innegable que Mark Vanderloo Jr. está siguiendo los pasos de su padre en el mundo de la moda, los mismos que le acabasen reservando un sitio en el olimpo de los top models de los años 90, una forma de entender las pasarelas, eso sí, que poco a poco ha ido desapareciendo y siendo sustituida por otras maneras de acercar la industria a todos los públicos —como los influencers, por ejemplo— pero que no es óbice para que el joven esté descollando más allá de portar tan significativo apellido.
Uno que ahora mismo se habrán apresurado a recordar los espectadores que estén viendo Bake Off: Famosos al horno, pues Mark Vanderloo ha regresado a nuestro país para el concurso de repostería de TVE, donde comparte fogones rostros como Víctor Sandoval, Yurena, Pol Espargaró, Cristina Tárrega o Isabel Gemio. Porque quien fuera un modelo reconocible, admirado y solicitado por marcas para anuncios y firmas para sus pasarelas en medio mundo hace casi 30 años tuvo, y tiene, una larga relación con España.
No siempre fue así. Como recuerdan desde Vanity Fair, Mark Vanderloo padre se licenció en Historia por la Universidad de Ámsterdam, si bien su sueño fue siempre dedicarse a la arquitectura. Por azares del destino —y por sus dotes físicas, con su 190 centímetros de altura, su pelo rubio y ojos claros—, su camino bastante distinto, terminando por convertirse en el primer top model masculino, con una agenda tan solicitada cuando llegó al culmen de su profesión que llegó a hacer 50 desfiles en una sola semana.
En una época en que eran ellas quienes solían copar todas las campañas y acaparar miradas, Vanderloo fue el rostro habitual de las marquesinas y las pasarelas de firmas de renombre como Calvin Klein, Valentino o Armani. Pero ello también reclamaba que su vida sentimental estuviese en el ojo público. Así es como llegamos a nuestro país, dado que a finales de la década de los 90 comienza una relación con, quizá, la top model patria más recordada de aquellas fechas: Esther Cañadas.
Con ella no solo protagonizó varias campañas para Donna Karan, sino que compartió una masía de ensueño en Girona en la que se instalaron nada más casarse, lo que tuvo lugar en junio de 1999. Sin embargo, aquel matrimonio fracasó estrepitosamente y algo más de un año después, en noviembre del 2000, se divorciaban. Aun así, la relación de Mark Vanderloo con España se afianzó y, con su segunda mujer, la también modelo y actriz Robine Van der Meer, se vendría a vivir a las Islas Baleares.
Aunque llevaban años de noviazgo, no se casaron hasta junio de 2011, en una ceremonia que les dio más de un quebradero de cabeza, pues se dieron el «Sí, quiero» en el islote de S’Espalmador, al norte de Formentera. Dado que se trata de una isla deshabitada, fueron multados. Aun así, consideraron que Ibiza era el lugar ideal para criar a los dos hijos que habían tenido con anterioridad a su boda: Emma Paula, nacida en febrero de 2004, y Mark Jr., que vino al mundo el 4 de noviembre de 2005.
«Muy tranquila, en la playa y casi sin preocupaciones… Fue una etapa de mi vida muy agradable. Me encanta Ibiza», recordó el joven su infancia en la isla pitiusa —lugar al que su padre decidió mudarse en 2003 desde Nueva York buscando darle un nuevo rumbo a su vida tras los atentados del 11 de septiembre— en una entrevista para la revista ¡Hola!, a pesar de que en 2016 se mudaron a Ámsterdam y viven a caballo entre Países Bajos y Andorra, donde tienen una enorme casa en lo alto de una montaña y pasan largas temporadas esquiando.
Lo más normal, dado que cuando apenas contaba con seis años de edad ya posó junto a su padre para una revista neoyorquina, repitiendo trabajo conjunto cuatro años después en París, es que Mark Vanderloo Jr siguiese los pasos de sus padres, algo que también ha hecho su hermana. A sus 19 años, el joven ya lleva un lustro formando representado por la agencia Sight, una de las más prestigiosas dentro del mundo de la moda —por ejemplo, también lleva la carrera de otros modelos como Andrés Velencoso—.
Es más, siendo todavía menor de edad, en 2019, hizo su debut oficial protagonizando una campaña, de nuevo junto a su progenitor, para la firma Massimo Dutti. Fue una publicidad muy reconocida por la emotividad que consiguieron los autores, los reconocidos fotógrafos Hunter&Gatti. También ha desfilado ya para Versace, Giorgio Armani o Ralph Lauren. Como con su hermana, Sus padres no solo le apoyan y se muestran orgullosos de él, sino que buscan que ambos tengan sus propias carreras, más allá del apellido que portan.
«Puede ser un padre tranquilo o a veces no tanto. Depende: le puede dar a su interruptor en ambos sentidos, así que no sabría decir. Cuando salimos a hacer cualquier cosa o en los rodajes y sesiones de fotos, de repente consigue explosión de energía», revelaba el joven sobre la manera de actuar de su padre, mientras que este le lanzaba varios piropos en la entrevista antes citada. «Es un chico muy bueno y responsable. Ha sacado lo mejor de mi mujer y de mí. Es amable, es gentil, y, además, una persona muy sociable, algo maravilloso de ver», señaló.