Publicado: abril 12, 2025, 2:30 am
Normalmente, cuando Novak Djokovic salta a los titulares suele ser, como por otro lado es obvio, por algún motivo relacionado con el hecho de ser uno de los mejores tenistas de la historia y el único del Big Three que formaba con Rafa Nadal y Roger Federer que sigue en activo. De hecho, recientemente ha sido noticia por haber perdido la final del Open de Miami, quedándose sin su título número 100, contra el joven Jakub Mensik, y porque se haya anunciado su presencia en el 25º aniversario de los Laureus World Sports Awards, que le reunirá con otras estrellas del deporte en el Palacio de Cibeles de Madrid.
Sin embargo, a finales de marzo era noticia por otra razón muy distinta: el tenista serbio era multado por el Ayuntamiento de Marbella tras haber realizado una reforma en su mansión de la localidad malagueña sin haber obtenido previamente una licencia de obra para ello, siendo además la segunda multa consecutiva que acumulaba pro este motivo y contando, a partir de entonces, con un plazo de dos meses para regularizar una parte y, con ello, restablecer la legalidad urbanística en lo que había quedado fuera de ordenación.
El actual número cinco del mundo según el ranking ATP había sido denunciado por sus vecinos de Sierra Blanca, una de las urbanizaciones más cara de toda Europa, donde por ejemplo acaba de compararse una villa Nico Williams, ya que Djokovic realizó varias reformas en su lujosa mansión en 2022. Según el expediente al que tuvo acceso la Agencia EFE, y de conformidad con lo dispuesto en la Ley del Suelo Andaluz (LISTA), el Ayuntamiento del municipio malacitano resolvía imponerle al tenista una multa coercitiva por importe de 5.000 euros, que se sumaba a la anterior, de la misma cuantía.
Djokovic, gracias a todo el dinero que ha acumulado a lo largo de su exitosa carrera cuenta con diversas propiedades de lujo en ciudades como Miami, Mónaco, Nueva York o su Belgrado natal. Sin embargo, solía pasar largas temporadas junto a su esposa, Jelena Ristic, y sus hijos, Stefan y Tara, en uno de sus lugares favoritos: una villa por la que solía pagar unos 10.000 euros a la semana. Por eso mismo entendió que le resultaba más sencillo adquirirla y eso mismo hizo en 2020, pagando por ella alrededor de 11,2 millones de euros.
Bautizada por ellos como La Perla, el tenista y su familia prefirieron darle un toque moderno y la reformaron, dejando atrás su arquitectura de palacete, de un marcado acento andalusí, propio de Sierra Blanca. Con su gusto personal, prefirieron un estilo mucho más neutral y minimalista, cambiando los muebles por una fórmula de vivienda que siga los principios del Feng Shui, filosofía en la que creen y razón por la que han hecho variaciones en sus tres plantas, que en su conjunto conforman un total de 1.000 metros cuadrados, dentro de una enorme parcela de 3.500.
El matrimonio, que pasó en dicha vivienda el confinamiento de la pandemia mundial por el coronavirus —que tan polémico fue para el tenista por su negativa a vacunarse—, no dudó en compararla por, entre otras cosas, sus increíbles vistas a la bahía de Marbella y su espectacular jardín, que a la sombra de numerosos árboles cuenta con una zona de camas balinesas, así como con una enorme piscina con escultura central incluida, aunque a buen seguro tenían claros otros cambios que precisaba la casa.
Eso sí, en la entrada han decidido conservar el increíble recibidor de mármol, lo cual ha conllevado que también mantengan las puertas de madera originales de su etapa árabe. Sí que han decidido remodelar el resto de la casa, que han repintado con tonos neutros y claros, como por ejemplo el salón principal, una de las más importantes estancias de la casa, con unas paredes blancas que hacen resaltar tanto los detalles en madera como su chimenea. Asimismo, tiene una entrada directa al comedor.
Otro comedor, para desayunos, se encuentra en la amplísima y diáfana cocina, que cuenta con dos islas centrales, una de ellas con sillas de metacrilato rojo y todos los electrodomésticos y armarios panelados en blanco para otorgar amplitud a la estancia, como mostraron desde El Español. Asimismo, la casa cuenta con multitud de dormitorios y baños, aparte de un jacuzzi que el matrimonio quiso decorar al estilo turco, bajo grandes cortinas de color ocre.
Ni que decir tiene que en La Perla también destacan un gran vestidor, varias terrazas y miradores, su propia pista de tenis, un gimnasio perfectamente equipado con todas las máquinas para realizar sus ejercicios de alto rendimiento, un porche para las noches plácidas de primavera y verano y hasta una sala de juegos en la que destaca una antigua mesa de billar.
Solo falta saber si el tenista y su familia regularizarán su situación, dado que restablecer la legalidad urbanística está en su mano. «El Ayuntamiento de Marbella tiene abierto un procedimiento para que el tenista restablezca la legalidad urbanística, ya que las infracciones de su vivienda son ‘legalizables’. Djokovic ya ha recibido un segundo requerimiento para normalizar las obras que han denunciado sus vecinos. Lo que sabemos hasta ahora es que lo incumplido es legalizable y está en su mano normalizarlo», afirmó el concejal de urbanismo, José Eduardo Díaz.