La noche del próximo martes cinco de noviembre, Donald Trump puede irse a la cama sabiendo que será el próximo presidente de Estados Unidos tras ganarle un pulso histórico —todavía los sondeos y las encuestas no dan un claro favorito entre él y Kamala Harris—, reeditando lo que ya consiguió en 2016, cuando el candidato republicano entró en la Casa Blanca superando en los estados clave a otra mujer, Hillary Clinton, y heredando el Despacho Oval de un demócrata: en aquel entonces fue Barack Obama; este martes, Joe Biden.
Porque lo de heredar es precisamente algo que ha cimentado la figura de quién es hoy Donald John Trump, quien nació en el barrio de Queens, en Nueva York, el 14 de junio de 1946 —tiene 78 años—. No solo por su conocido ‘Make America Great Again’, un lema que ya utilizó Ronald Reagan en 1980, sino porque toda su historia comenzó, de una forma un tanto paradójica e irónica, con la inmigración que él tanto ha rechazado en sus mitines y contra las que tantas políticas ha realizado y ha prometido volver a llevar a cabo.
Su abuelo paterno fue Friedrich Drumpf, que más tarde cambiaría su apellido por el más inglés Trump. Friedrich vino al mundo en 1869 en Kallstadt, un municipio al suroeste de Alemania y, viendo las mejores oportunidades de prosperar en la vida en Estados Unidos, emigró allí a los 16 años. Allí obtendría la nacionalidad en 1892, siete años después de arribar, si bien en Kallstadt se había casado con Elisabeth Christ, abuela de Donald.
Friedrich conseguiría hacer fortuna en Alaska, donde abrió una serie de hoteles y restaurantes que darían su fortuna a los tres hijos del matrimonio. Entre ellos, Fred Trump, el padre del candidato, quien para más inri tiene otro importante miembro de su familia como persona migrante: su madre, Mary Anne MacLeod, quien nació en Tong, en la isla de Lewis, situada en Escocia. Ella no se fue a Estados Unidos hasta que tuvo 18 años, e igualmente buscando una mayor prosperidad económica, si bien otras fuentes aseguran que estuvo de vacaciones.
Sea como fuere, Fred y Mary Anne, que trabajó como asistenta doméstica, se casaron en 1936 y tuvieron cinco hijos —la primogénita, Maryanne, es jueza federal en un tribunal de apelaciones—, de los cuales se murió el mayor de los varones, Fred Jr., a los 43 años, debido a su alcoholismo: quería ser piloto de avión, pero su padre —e incluso sus hermanos, también Donald— se lo echaban en cara y lo avergonzaban, cayendo en una depresión que le impidió cumplir su sueño y que le llevó al suicidio. El expresidente siempre ha mantenido que es abstemio y que no prueba el alcohol, las drogas o el tabaco precisamente por lo que aprendió de este fallecimiento.
Fred Trump, aun así, fue el artífice de que Donald tenga hoy en día la fortuna que tiene, ya que fue su padre quien comenzó el negocio multimillonario de bienes raíces en los distritos de Brooklyn, Queens y Staten Island de Nueva York, si bien una investigación llevada a cabo por The New York Times encontró suficientes evidencias como para concluir que Fred había evadido una enorme cantidad de dinero —varios millones de dólares—, teniendo que comparecer ante el Senado en 1954.
A pesar de ello, la fortuna amasada por Fred sería la que más tarde asentaría el ahora candidato con nuevas adquisiciones y negocios, como la Torre Trump, Mar-a-Lago —donde reside— o varios casinos, si bien estuvo muy cerca de la bancarrota en varias ocasiones, siendo la más sonada la que vivió en los años 90, en la cúspide de su popularidad, cuando realizaba cameos en películas como Solo en casa 2, El príncipe de Bel-Air, Sexo en Nueva York, Zoolander o, sin lugar a dudas, al protagonizar The Apprentice.
En este reality de la NBC, que comparte título con la película recién estrenada sobre su vida, Donald Trump ejercía como maestro de ceremonias ante varios concursantes, todos empresarios, que competían por un premio de 250.000 dólares y un contrato para poder dirigir una de las empresas del magnate. El formato, ya sin Trump, también fue muy popular fuera de las fronteras norteamericanas, si bien las primeras temporadas en EE UU tenían una audiencia de entre 10 y 20 millones de personas.
Por último, hay que hablar de la descendencia del expresidente. Su primogénito lleva su nombre, Donald Trump Jr., nacido en 1977, mismo añoenel que se casó con la exmodelo y empresaria checa Ivana Trump, quien falleció a los 73 años en 2022 tras un accidente en las escaleras de su casa. Donald Trump Jr., quien es uno de los más conocidos por el apoyo a su padre y su faceta empresarial, le dio, junto a su exesposa, Vanessa Haydon, cinco nietos al candidato republicano.
La segunda hija de Donald e Ivana fue Ivanka Trump, quien a sus 43 años recién cumplidos tiene tres hijos con su esposo, Jared Kushner, y que ha sido asesora presidencial de su padre, si bien también trabaja en el mundo de los negocios y la moda. Por último, el tercer hijo de este matrimonio es Eric Trump, de 40 años y con dos hijos con Lara Yunaska, e igualmente empresario.
Donald se había divorciado de Ivana entre rumores de infidelidades, lo cual nos lleva a la cuarta hija del magnate, Tiffany Trump. Su madre fue Marla Maples, con quien él se casó en 1993, mismo año del nacimiento de esta joven que ha preferido mantener un perfil más bajo que el de sus hermanos, centrándose en sus estudios de Derecho y en su pareja, Michael Boulos, un milmillonario libanés-estadounidense con el que se casó en 2022.
Por último, Barron Trump, el único hijo que ha tenido con la exmodelo eslovena Melania Trump, su esposa —se divorció de Maples en 1999— desde 2005. Su vida privada ha estado alejada de la prensa por mediación de su madre, a pesar de haber pasado la mayor parte de su adolescencia. en la Casa Blanca. Ahora, a sus 18 años —sopló las velas en marzo—, ya ha entrado en la Stern School of Business, adjunta a la Universidad de Nueva York.