Diez días después, la situación va camino de mejorar. Al menos, eso dejan entrever las últimas noticias que se tienen de Anabel Pantoja y de su hija Alma. La colaboradora de televisión vivió el pasado 10 de enero un momento totalmente aterrador que le hizo llevar de urgencia, para que su hija, que apenas tiene casi dos meses de vida, fuese ingresada en el Hospital Universitario Infantil de Las Palmas de Gran Canaria.
Aunque las causas no han trascendido por ahora, la forma en la que la familia y las amistades se han volcado con la sevillana deja entrever que ha sido lo suficientemente grave y delicada como para temer por la pequeña o por su futuro. De ahí que la influencer haya estado día sí y día también arropada por sus seres queridos: su madre, Mercedes Bernal; su tía, Isabel Pantoja, que de hecho se ha hospedado en la isla hasta hace poco; sus primos, Kiko Rivera e Isa Pantoja; o sus grandes amigas, como Raquel Bollo, Amor Romeira, Belén Esteban o Susana Molina, también exsocia, que declaró ante la prensa que poco a poco van «saliendo buenas noticias».
Aun así, casi todos han preferido mantener la discreción y el silencio a la espera de la evolución de Alma. No solo por respeto a su madre, sino también a su padre, David Rodríguez, quien es la pareja de la tertuliana desde hace dos años y es alguien que prefiere llevar un perfil bajo y mantenerse en un segundo plano para que sea su novia quien lleve prácticamente el 100% del peso social de ambos, ya que además está más experimentada que él en dichas cuestiones.
No solo por la edad, dado que él tiene 26 años, doce menos que la sobrina de la tonadillera, sino también por su personalidad más hermética y tímida con respecto a la exposición pública de la vida íntima. Y eso, dentro de una familia con casi la totalidad de sus miembros siendo personajes mediáticos, es todo un trabajo. Porque haberse mantenido alrededor de dos años fuera de los focos es una decisión no solo consciente, sino consecuente con quien es Rodríguez.
David conoció a Anabel Pantoja a través de un flechazo. Tuvo lugar a comienzos de 2023, durante la gira americana de Isabel Pantoja. La influencer y colaboradora acababa de superar su ruptura, muy mediática, con Yulen Pereira, el esgrimista al que había conocido cuando coincidieron en Supervivientes. A pesar de encontrarse todavía en un bajo estado anímico, la química con quien era el fisioterapeuta de su tía en el tour fue inmediata. Y decidieron darle una oportunidad a ese amor que recién principiaba su camino.
Eso sí, tuvieron a bien, por la propia salud de su relación, llevar en secreto su romance. De esta forma conseguían conocerse mucho mejor y poner una serie de pequeñas reglas y oxigenar su idilio antes de que se diese a conocer que estaban juntos, algo que ambos sabían que acabaría ocurriendo más pronto que tarde. Y tras unos meses, en mayo, el mundo supo que Anabel había conocido a alguien y que esa persona, David Rodríguez, era especial. O como le ha llegado a definir: «El hombre de mi vida».
Porque si algo ha hecho Anabel desde que salió a la luz su relación es presumir de los planes y viajes que han realizado juntos. Aunque ello también ha implicado que David se haya vuelto aún más celoso de su vida privada —por poner un ejemplo: la hija de Bernardo Pantoja protagonizó la portada de Lecturas en la que daba a conocer que había sido madre en solitario—, por lo que tiene su Instagram privado y apenas se sepa qué comparte con sus cerca de 5.000 seguidores. Aun así, gracias a dicha red social se sabe no solo que es cordobés, sino que es el fundador de su propia clínica.
En ella ha conseguido aunar su gran pasión, las terapias físicas, con el deporte —suele dar consejos sobre la importancia de hace ejercicio, así como de llevar una dieta equilibrada y lo crucial que es tener una alimentación sana para tener una buena salud, algo que sin duda le habrá unido a Anabel— y con la medicina alternativa, de ahí que se enfocase también en la osteopatía, lo cual se puede comprobar con su otra cuenta, Dr. Fisioterapia-Osteopatía, con más de 35.500 seguidores y en las que enseña y divulga sus conocimientos.
Hay que recalcar que, a pesar de que su clínica se encuentra en la ciudad de la Mezquita, suele viajar cada semana a Gran Canaria, para poder conciliar su trabajo con su vida familiar, estando siempre al lado de Anabel y de su hija, como ha demostrado desde que internaron a la bebé en el hospital.
Un bebé que llegó el pasado noviembre y que, desgraciadamente, les tiene estos días con el alma en vilo, si bien, buscando algo positivo en todo ello, también les ha servido para afianzar su amor, ya que han permanecido continuamente apoyándose y ayudándose en estos duros momentos, así como para que sus amistades y familiares comprueben su conexión y compenetración, ya que han sido unánimes a la hora de pedir cautela a la hora de hablar con la prensa.