Publicado: abril 6, 2025, 4:30 am
A mediados de marzo, la Audiencia de Madrid decidió absolver a tanto a Luis Medina como a Alberto Luceño del delito de estafa agravada y falsedad en documento mercantil del que les había acusado la Fiscalía de Madrid, que entendía que habían engañado al Ayuntamiento de Madrid en la venta de material sanitario nada más comenzar la pandemia de covid en la primavera de 2020, y por el que fue imputado en abril de 2022. Se ponía así fin a la petición del Ministerio Público de nueve años y once meses de prisión para el hijo pequeño de la exmodelo Naty Abascal y del fallecido duque de Feria, Rafael de Medina y Fernández de Córdoba,.
Todo ello, con la contraposición y la crítica de gran parte de la opinión pública, donde además se le afeaba a Medina, quien no heredó de su padre ningún título nobiliario —tanto el citado ducado como el marquesado de Villalba pasaron a manos de su hermano mayor, Rafael— el haberse comprado un yate con el dinero que se le acusaba haber estafado. Y, por supuesto, del fiscal, que consideró que los hechos de los que se le acusaba estaban más que probados, sobre todo el ánimo de lucro —por una serie de datos en los que destaca un correo en el que se dice «pá la saca» o que la operación es un «pelotazo», así como la cuantía de las comisiones—.
«La comisión que se llevaron fue del 149% en el caso de las mascarillas, de 244% en el caso de los test y en el caso de los guantes del 426%. Es difícil encontrar mayor ánimo de lucro en este tipo de operaciones», recalcó el fiscal, que incidió en que el precio se incrementó «para aprovecharse de las circunstancias [la necesidad del material sanitario en lo peor de la pandemia], lo que es un elemento nuclear del engaño». Pero no lo ha considerado así la Justicia, lo que ha supuesto todo un alivio no solo para Medina, sino también para quien ha estado a su lado durante todo este proceso: Clara Caruana.
A sus 34 años, Clara ha resultado ser un pilar indispensable en la vida de Luis, no solo apoyándole durante el juicio, sino acompañándole literalmente al mismo. Porque Clara ha adoptado la misma filosofía que el hijo de quien fuera musa de diseñadores como Valentino u Óscar de la Renta. Es decir, dejar que fueran los hechos los que hablasen ante la Justicia y, si acaso, que fueran sus estilismos los que robasen el protagonismo, como ese peculiar conjunto que llevaron uno de aquellos días, con Medina utilizando una chaqueta negra y un gorro de colores y ella con una blazer otoñal y un sombrero naranja.
Pero nada de hablar con los micrófonos que se agolpaban a la puerta de los juzgados: guardar silencio y caminar rápido. Llevan saliendo desde la pandemia, pues según diferentes fuentes, cita Vozpópuli, ambos coincidían cuando salían a pasear a sus mascotas por la misma zona de Madrid. Y eso que Luis era, por aquel entonces, uno de los solteros de oro de España, llegando a ser relacionado con nombres como Tamara Falcó, Alejandra de Rojas, Cristina Fontcuberta, Amanda Hearts o Sylvia Meis.
A pesar de que han intentado en la medida de lo posible mantener su relación alejada de los medios y lo más hermética y discreta posible, hubo un momento clave: el 14 de octubre de 2023. Y un lugar: Jerez de la Frontera. Aunque ya antes habían sido fotografiados en diciembre de 2022 disfrutando de un fin de semana romántico por las calles de Sevilla, fue en la localidad gaditana donde se presentaron en sociedad como pareja, asistiendo juntos y de la mano a la boda de Victoria Elisabeth de Hohenlohe-Langenburg, duquesa de Medinacelli, y Maxime Corneille.
Porque Medina no es el único que tiene raíces nobles. Ambos son aristócratas de alta cuna. En el caso de Clara Caruana Hernández, su nombre completo, y de su hermana Carlota, son nietas del barón de San Petrillo, José Caruana Gómez de Barreda, así como de la marquesa de Villamayor de Santiago, Ethelvina Velázquez Stuyck.
Asimismo, se sabe que es una apasionada del trabajo y de personalidad curiosa. Solo así se entiende que se graduase tanto de Enfermería por la Universidad privada CEU San Pablo y de Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid, siendo esta última de carácter público. A ello hay que añadirle que finalizó un máster de dirección en la prestigiosa escuela privada IESE Business School.
Todo ello le ha servido para hablar un inglés perfecto, trabajando de enfermera no solo en España sino también en Reino Unido, lo que también le ha beneficiado al decantarse por la gestión. De hecho, hoy por hoy es gerente de Urología y Project Manager del Cancer Center en la Clínica Universidad de Navarra. Un puesto que, además, compagina con la coordinación del Centro Integral de la Próstata en la Clínica de la Universidad de Navarra en Madrid.
Ahora queda por saber cómo, después del juicio, se desarrollará su relación, si seguirán prefiriendo mantener ese perfil bajo que han llevado hasta ahora o si, por el contrario, considerarán más oportuno aprovechar la libertad de haber sido absuelto para dejarse ver más asiduamente por las calles de Madrid, a través de las redes o en algún viaje que tengan pendiente.