Publicado: abril 8, 2025, 12:30 pm
Con la liberación de los rehenes israelíes no solo hay familias que pueden descansar tranquilas, sino que se puede conocer un poco mejor cómo fue el cautiverio y sigue siendo el de los que permanecen recluidos en Gaza a la espera de un nuevo acuerdo entre la organización islamista y el Estado hebreo. Este lunes un informe israelí dirigido por el profesor Hagai Levine y publicado por el Foro de Rehenes y Familiares Desaparecidos que ha recogido el periódico The Jersualem Post ha expuesto algunas de las torturas y condiciones físicas de muchos de ellos.
Las conclusiones, que se basan, entre otras cosas, en los testimonios de rehenes liberados y vídeos publicados por Hamás, recogen las «bárbaras condiciones en las que fueron mantenidos», incluidas torturas físicas y psicológicas como asfixia, encadenamientos, colgamiento de los pies, quemaduras e inanición deliberada. Además, también se afirma que muchas de estas retenciones se produjeron en túneles oscuros sin luz natural ni aire y con escasez de alimentos, agua y atención médica, lo que ha provocado en muchos de los 33 liberados en la primera fase de la tregua de 2025 desnutrición, agotamiento extremo y deterioro de la salud.
Las condiciones de algunos de estos túneles, que no les permitían mantenerse erguidos, o la falta de higiene, ya que algunos relatan que no les dejaron ducharse en meses o que les mantenían descalzos, no es nada comparado con la tortura psicológica. La narración de muchos sobrevivientes recoge la forma en que sus captores les daban falsas esperanzas de una liberación inminente para burlarse de ellos. Además de cómo les ha afectado el aislamiento, la imposibilidad de saber la hora o el tiempo que llevaban en cautividad. Así como las falsas noticias sobe sus familias.
Otros rehenes dicen haber sido obligados a ser testigos del abuso físico y sexual de otros secuestrados. Así mismo, muchos de ellos aseguran que cuando un rehén era identificado como soldado o que se creía que lo era las torturas eran peores y se les aplicaba un aislamiento prolongado, privación de sueño y palizas frecuentes.
El informe también analiza a través de los testimonios y los vídeos publicados por Hamás la situación de algunos de los que todavía continúan secuestrados. Se detalla, por ejemplo, como Alon Ohel, de 24 años, habría resultado gravemente herido por metralla en el ojo derecho y sólo puede ver sombras. Además, afirman que permanece encadenado en condiciones de aislamiento extremo, sin luz diurna y con grave escasez de alimentos.
Otro caso es el de Yosef-Haim Ohana, también de 24 años, que tendría problemas gastrointestinal causado principalmente por la comida en mal estado y las malas condiciones sanitarias en cautividad. Según narra otro secuestrado, Ohana también ha sufrido violencia física y psicológica, asó como inanición prolongada, condiciones higiénicas extremadamente deficientes y una importante pérdida de peso.
El informe utiliza un modelo médico-epidemiológico que denomina la Tríada del Riesgo de Cautiverio, que describe los tres factores principales que influyen en el estado físico y mental de un rehén o superviviente de cautiverio para analizar las condiciones de los rehenes: el individual, que abarcaría los aspectos como las condiciones previas de salud y la resiliencia física y psicológica; el agente, que es el comportamiento de los captores; y el entorno, que serían las condiciones físicas y psicológicas del lugar de en el que están secuestrados.