El Gobierno ha tirado una vez más por la calle de en medio. Permiten que decaiga el impuesto temporal a las energéticas pero prolongan el de la banca en una solución que no solo es arbitraria sino que es del todo incomprensible. No hay explicación posible. ¿Qué criterio se ha seguido a la hora de mantener uno y eliminar el otro? La respuesta es bien sencilla: ninguno. Ahora, que no haya ningún criterio detrás de esta actuación no quiere decir que no haya explicación. Las compañías energéticas lo han sabido pelear mejor -con algún alto ejecutivo significándose de forma clara y contundente- y han conseguido llevarse el gato al agua, mientras que la banca no ha conseguido subirse al carro… Ver Más