Publicado: febrero 28, 2025, 11:15 pm
En medio del escándalo por la supuestas presiones de la Administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a Rumanía para que se levantara la prohibición para viajar fuera del país que se les imponía, el polémico influencer Andrew Tate y su hermano Tristan aterrizaron este jueves al mediodía en el Estado de Florida desde un jet privado.
Andrew y Tate, ambos ex luchadores de kickboxing, fueron arrestados en Bucarest en el año 2022 y, desde entonces, habían permanecido detenidos en el país tras ser acusados de delitos como violaciones, blanqueo de dinero, tráfico de seres humanos, relaciones sexuales con menores y organización de un grupo criminal, entre otros cargos adicionales de agresión sexual a cuatro mujeres en Reino Unido.
Mientras la investigación penal en su contra sigue su curso, la agencia de Rumanía contra el crimen organizado, conocida como DIICOT, informó este mismo jueves que los fiscales rumanos habían aprobado una «solicitud para modificar la obligación de no salir de Rumanía», si bien los hermanos Tate aún deben cumplir con un control judicial periódico, que les exige presentarse ante la policía cuando sean requeridos.
Una decisión judicial que se produce después de que el ministro de Asuntos Exteriores de Rumanía, Emil Hurezeanu, confirmara que el enviado especial de Trump, Richard Grenell, mostró su «interés en el destino de los hermanos Tate» durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, a raíz del revuelo causado por un informe del Financial Times sobre su breve encuentro.
Aunque el primer ministro rumano, Marcel Ciolacu, afirmó más tarde que no hubo «ningún tipo de presión ni amenaza» por parte de Trump, eso no impidió que la llegada de los hermanos Tate a EEUU estuviera exenta de polémica en redes sociales, y más después de que el propio gobernador de Florida, Ron DeSantis, manifestara públicamente su desacuerdo en una rueda de prensa.
«La realidad es que Florida no es un lugar donde no sois bienvenidos, con ese tipo de conductas en el aire. No sé cómo se llegó a esto. No estuvimos involucrados», aseguró DeSantis, haciendo hincapié en que no se les notificó la llegada de los Tate a Florida.
Además, el republicano se mostró convencido de que tanto Pam Bondi, fiscal general de Estados Unidos, como Kristi Noem, la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional -DHS, en inglés-, están «analizando la situación». «Sé que nuestro fiscal general (de Florida), James Booth Meyer, está evaluando qué recursos y jurisdicciones estatales podemos utilizar para abordar este asunto», añadió.
Por su parte, el fiscal general del estado, James Uthmeier, recurrió a su cuenta de X (antiguo Twitter) para aclarar que su oficina llevará a cabo una «investigación preliminar» sobre los hermanos Tate, quienes cuentan con doble nacionalidad británica y estadounidense y niegan que los fiscales rumanos tengan pruebas contra ellos.
«Florida tiene tolerancia cero para la trata de personas y la violencia contra las mujeres. Si alguno de estos presuntos delitos activa la jurisdicción de Florida, los haremos responsables», escribió.
De esta forma, el influencer Andrew Tate, autoproclamado «misógino» y conocido por ser una de las voces más mediáticas de la ultraderecha y del ‘trumpismo’ en EEUU, se ha convertido en objeto de críticas en redes sociales, tanto dentro como fuera del ala republicana del país.
Una situación que contrasta con una de sus últimas publicaciones en X, donde acumula más de 10 millones de seguidores, en la que expresó su optimismo ante el regreso de Trump a las instituciones. «La era Tate será libre. Trump es el presidente. Los viejos tiempos están de vuelta. Y serán mejores que nunca», dijo.