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En la última reunión del G20 se abordó el cambio climático, que es una constante en las reuniones internacionales; las guerras actuales y sus perspectivas peligrosas; el hambre de millones de personas que perpetúan el subdesarrollo; los deseables impuestos a las grandes fortunas producto de la concentración de la riqueza. Son problemas mundiales que caracterizan el nudo de contradicciones y la ausencia de una visión redentora. Y lo peor, en la economía mundial nadie se responsabiliza.
También estuvieron presentes las especulaciones que plantea la próxima llegada de Trump a la Presidencia de Estados Unidos, particularmente por su debilidad hacia los aranceles, que son catastróficos. Ejemplos: 1929 y 1961.
Asimismo, preocupan las dificultades de paz que presentan las guerras actuales, si bien hay indicios de posibles negociaciones. El acuerdo de un alto al fuego entre Israel y Hezbolá es un respiro.
Globalmente, el G20 genera el 80% de los gases de efecto invernadero que producen el calentamiento global. Este grupo de países podría hacer mucho para las reconversiones productivas verdes en sus países, con base en financiamiento internacional. Esto permitiría eliminar la causa principal del cambio climático.
De no ocurrir, la inercia destructiva conducirá a un calentamiento global superior a 3 grados, lo que provocará una destrucción estimada en 18% del PIB global para el año 2050.
En la reunión, la presidenta de México hizo una propuesta en el contexto de privilegiar la economía verde. Se trató de universalizar el programa Sembrando Vida. Para su financiamiento sugirió un fondo de recursos provenientes del 1% de lo que se destina al armamento global. Igualmente, el presidente de Brasil planteó, de nuevo, su propuesta de una Alianza contra el Hambre para erradicarla de ahora al 2030. Ambas no tuvieron consecuencias de implementación.
Una amenaza sumamente peligrosa es la posible escalada del conflicto entre Israel e Irán. En Israel, tanto la extrema derecha que sostiene a Netanyahu como los líderes de centro e izquierda sostienen que los ataques de Israel contra Irán no son suficientes y quieren más intensidad. De Irán, sus terroristas siguen atacando a Israel. Esto puede conducir a que Israel destruya las instalaciones nucleares iraníes y a la eliminación de los líderes políticos y militares del régimen de Irán. La escalada tiene altos niveles de riesgo por la muerte de millones de personas y la destrucción de la riqueza petrolera de la región.
También está en contextos peligrosos la guerra de Ucrania, que consolida a Putin en su confrontación con Occidente. En la alianza de países, Estados Unidos apoya militarmente a Israel y a Ucrania. En su contra están Rusia, China, Corea del Norte e Irán.
Este es un escenario de amenazas, peligroso para los pueblos que padecen los conflictos. El miedo produce odios y violencia. Atrás de todo, en vez del orden multipolar, el desorden sin polos.
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