<![CDATA[
El segundo periodo de Donald Trump en la Casa Blanca promete novedades para la industria estadounidense de la tecnología, inmersa en un frenesí de Inteligencia Artificial (IA), criptomonedas y tensiones por disputas antimonopolio. El apoyo de algunos actores de esta industria a Trump se dibujaba claro incluso previo a las elecciones, como es el caso de Elon Musk, mientras que otras compañías muestran poco a poco su respaldo en forma de donaciones.
Las donaciones del millón
Empezando por quien será el próximo líder de Eficiencia Gubernamental de Estados Unidos, es decir Elon Musk, de acuerdo con datos publicados en octubre por la Comisión Electoral Federal del país, el también fundador de SpaceX y propietario de X apoyó al entonces candidato con donaciones por más de 250 millones de dólares, la mayoría a través de America PAC. Este comité de acción política realizó una agresiva campaña para influir en el voto de apoyo al presidente electo. America PAC también donó dinero al Comité Nacional Republicano del Congreso (CNR). David Sacks, ex ejecutivo de PayPal e inversionista del sector de tecnología también destinó dinero a la campaña de Trump, de manera directa y al CNR. Su cercanía con Trump también lo hará de un cargo en el próximo gobierno, pues encabezará un Consejo Presidencial de Asesores para Ciencia y Tecnología. A la lista de personas involucradas en el mundo de la tecnología que han respaldado a Trump con donaciones se agregan Tyler y Cameron Winklevoss, cofundadores de Gemini, quienes aportaron 250,000 dólares cada uno a America PAC. Ahora que la victoria de Trump es un hecho, en el panorama se dibuja un patrón de donaciones provenientes de las principales tecnológicas de Silicon Valley y otros líderes de la industria. En los últimos días, la propiedad de Trump en Mar-a-Lago ha visto desfilar magnates como Mark Zukerberg, director ejecutivo de Meta; Jeff Bezos, presidente ejecutivo de Amazon; Sundar Pichai, director ejecutivo de Google; Serguéi Brin, cofundador y miembro de la junta directiva de Alphabet e incluso Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI. Luego de las reuniones Amazon, OpenAI y Meta hicieron aportaciones de 1 millón de dólares, cada una, al fondo inaugural que costeará los gastos de la toma de posesión de Trump que tendrá lugar en enero del próximo año.
Las donaciones han sido tomadas no solo como una señal de apoyo sino como una vía para limar asperezas del pasado. Por ejemplo, Bezos y Trump tuvieron diferencias durante el primer mandato del magnate cuando acusó al gigante de venta online de pagar “muy poco” o no pagar impuestos. Mark Zuckerberg también tuvo desacuerdos con el candidato electo, pues Facebook fue una de las redes sociales que vetaron a Trump luego del ataque contra el Capitolio en Washington, el 6 de enero de 2021, que cobró la vida de cinco personas. Trump dio a conocer que Andrew Ferguson será el siguiente presidente de la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés), el organismo que se encarga de la protección al consumidor y las medidas antimonopolio. Sin embargo, su postura será de contrastes hacia las empresas de tecnología. Ferguson era uno de los dos comisionados republicanos de la FTC confirmados por el Senado y designados por el presidente en turno, Joe Biden, por lo que conoce la administración desde adentro y se prevén cambios importantes en términos de moderación de contenido, además de una fuerte orientación a beneficiar a las compañías locales. De acuerdo con la propuesta de Ferguson para dirigir la FTC, que se publicó en varios medios estadounidenses, parte de sus intenciones son “revertir la agenda antiempresarial de Lina Khan”, “responsabilizar a las grandes tecnológicas y detener la censura” y “proteger la libertad de expresión”. Lina Khan, actual directora FTC, fue nombrada por el presidente Joe Biden y encabeza una política para poner freno a la expansión sin límites de los emporios tecnológicos. Ferguson heredará una lista de casos en contra de grandes empresas de tecnología, incluidas Google, Microsoft, Amazon, Meta e incluso Apple, además de la rápida evolución de los casos referentes a Inteligencia Artificial.
Los desafíos Tech
El lanzamiento de ChatGTP desató un debate para éste y el resto de productos que se unieron al auge de la IA generativa. La regulación de este sector se dibuja como uno de los principales desafíos a los que tendrá que hacer frente el gobierno de Trump. Joe Biden firmó un decreto que fija estándares optativos para la seguridad de la IA, con énfasis en la protección de la vida privada y la lucha contra la discriminación y el prejuicio. También establece la creación del instituto estadounidense de seguridad de la IA, a cargo de estudiar los riesgos de esta tecnología. Sin embargo, dicho decreto podría ser revisado o anulado siguiendo recomendaciones de empresarios que temen por regulaciones que asfixien la innovación. Respecto al campo de las criptomonedas, se espera que Trump actúe en su favor debido a la contribución de magnates de las monedas digitales a su campaña. Con su victoria, este mercado se disparó con un nuevo récord para el bitcóin por encima de los 75,000 dólares. En su primer periodo, Trump calificó a las criptomonedas de estafa, pero luego cambió radicalmente de posición llegando incluso a lanzar su propia criptomoneda. El presidente electo también ha hablado de desmantelar la ley CHIPS, sobre componentes electrónicos esenciales fabricados principalmente en Asia. Trump cuenta con sustituir los subsidios de Biden a esta industria por agresivos aranceles, destinados a forzar a las empresas a construirlos en Estados Unidos. Jack Gold, analista del sector, advirtió sobre este enfoque al subrayar que «los aranceles son una sanción, no un incentivo (…) y estos no serán suficientes para recuperar la producción estadounidense de microchips». Con información de AFP.
]]>