Publicado: noviembre 11, 2025, 5:30 am
Que la negociación del nuevo presupuesto a largo plazo (Marco Financiero Plurianual) de la UE para el periodo 2028-2034 iba a ser compleja era algo que ya se daba por hecho, pero esas dificultades ya se están viendo desde la casilla de salida. De hecho, el Parlamento Europeo ha exigido a la Comisión importantes cambios en su propuesta o amenaza con bloquear las negociaciones, sobre todo con el foco puesto en la agricultura, los fondos regionales o el papel de la propia Eurocámara en el proceso, que tiene que empezar ya para poder llegar a tiempo a unas cuentas que se antojan ambiciosas, pero al mismo tiempo llenas de matices.
En julio Bruselas presentó una propuesta que ascendía a 2 billones de euros, el 1,26% del PIB, y hay algunos países miembros que piden llegar al 2%. El elemento clave está dotado de 865.000 millones de euros, con los llamados planes nacionales y regionales, que integran distintos fondos europeos para una gestión más eficiente, explica la Comisión: ah entran los fondos de cohesión o la PAC, ambos recortados y que son los más importantes para España, por poner dos ejemplos. «En lugar de tener diez fondos diferentes con reglas diferentes, plazos diferentes y criterios diferentes, ahora tenemos los planes de asociación que ponen las prioridades europeas bajo un mismo techo».
La presidenta destacó que estos planes permitirán una asignación estratégica más cercana a las necesidades reales de las regiones, aunque estas no lo ven demasiado claro. De hecho, es el bloque presupuestario que más dinero absorbe. Ahí está uno de los puntos de fricción que hay ahora con el Parlamento. El otro tiene que ver con la PAC: Von der Leyen aseguró que «se salvaguardan 300.000 millones de euros para el apoyo a la renta de los agricultores», que es la cantidad para la PAC, y defendió que «la agricultura se fortalecerá». La Eurocámara también duda en este punto.
En octubre los principales grupos del Parlamento enviaron una carta a Von der Leyen alegando que su propuesta «no es aceptable» porque genera «una Europa a la carta», con mucho peso para los Estados miembros. Así, este lunes se dio una reunión a tres entre la presidenta de la Comisión, su homóloga de la Eurocámara, Roberta Metsola, y la primera ministra danesa, Mette Frederiksen (en representación de los Estados miembros) para tratar de desencallar la situación.
El cambio más relevante es que plantea incluir un «objetivo rural» del 10%, que establecería un umbral mínimo obligatorio para que los gobiernos destinen al menos ese porcentaje de su sobre nacional a las áreas rurales. Este fondo sería independiente de los recursos ya asignados a las políticas agraria y pesquera comunes. Con esta medida, el Ejecutivo comunitario busca reforzar la identidad de la Política Agrícola Común (PAC), fortalecer el papel de las regiones y mejorar la gobernanza en la gestión de los fondos y programas destinados al desarrollo rural. Desde Bruselas insisten en que esto no es una propuesta nueva, sino que son ajustes dentro de la negociación.
Von der Leyen cree que con esto deja zanjada la tensión, pero no es así: los socialdemócratas aseguran que los cambios se quedan cortos, aunque los populares -la familia política de la alemana- sí que parecen dispuestos a ceder. No hay demasiada sorpresa con que esto esté pasando, porque las negociaciones ya se preveían duras, comentan fuentes comunitarias consultadas por 20minutos, que asumen esto como una parte normal del proceso legislativo en la UE, entendiendo además las divisiones que hay en esta legislatura tanto en el Parlamento Europeo como dentro del Consejo, con gobiernos de todos los colores.
«El trabajo continúa», añadió Ursula von der Leyen. Con todo, la Comisión Europea es consciente de que hace falta un esfuerzo de los Estados miembros, aunque sus aportaciones, dice, «se mantendrán estables». Pero Bruselas apuesta por la creación nuevas fuentes de ingresos propios para la UE: el objetivo es mantener estables las contribuciones nacionales mientras se financian tanto el reembolso del Next Generation EU como las nuevas prioridades, esgrimió la presidenta. «Si queremos mantener estables las contribuciones nacionales, necesitamos nuevos recursos propios», concluyó ya el pasado verano. Ese melón será otro de los importantes a abrir: el papel de los Estados miembros, aunque la negociación todavía no ha llegado a ese punto.
Pero las tensiones actuales no son una sorpresa, porque ya cuando se presentó la idea del Ejecutivo comunitario los ponentes para el próximo Marco Financiero Plurianual en la Eurocámara, Siegfried Muresan (PPE) y Carla Tavares (S&D), junto con las co-ponentes sobre recursos propios Sandra Gómez López (S&D) y Danuše Nerudová (PPE), criticaron duramente la hoja de ruta marcada por Von der Leyen, advirtiendo que las cifras «no cuadran» y que el presupuesto representa, en la práctica, un «congelamiento real del gasto y la inversión».
En general se mezclan tres elementos importantes a la hora de entender por qué la negociación de las cuentas empieza encallada: la Comisión quiere contentar a los Estados miembros dándoles más peso, aunque esa voz vaya en detrimento de la del Parlamento Europeo, que ahora se rebela incluso pese a sus divisiones internas, que también existen; la segunda es que la agricultura es un elemento fundamental, toda vez que la PAC es el pilar de la UE a nivel de presupuesto y venimos de unos años de importantes revueltas del campo; y el tercero es que nadie quiere quedarse sin su trozo de pastel. Es decir, hay gobiernos para los que es más importante la seguridad y la defensa, para otros el foco tiene que estar puesto por ejemplo en la migración, otros piensan en la competitividad y otros hablan, sobre todo, de cómo seguir financiando el estado del bienestar.
Con todos esos ingredientes parece imposible que el menú final contente a todos, pero de eso va la Unión Europea: con la negociación del nuevo Marco Financiero Plurianual se está poniendo a prueba sí misma y también a su naturaleza de grandes consensos. De hecho, no hay mayor acuerdo que el que tiene que ver con qué hacer con el dinero de todos.
