Publicado: septiembre 24, 2025, 6:00 pm

El nuevo informe de la Misión de Determinación de Hechos sobre Venezuela, presentado ante el Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, muestra el horror y la crueldad que sufren los presos políticos en las cárceles, donde se repiten los patrones… de violencia sexual, de género y torturas, que se han intensificado en los últimos días por la persecución y represión que ha emprendido el régimen chavista contra los opositores.
Por Ludmila Vinogradoff | ABC
La presentación la hizo este lunes la jefe de la Misión, Marta Valiñas, quien resaltó los abusos que cometen los carceleros desde puñetazos, golpes con planchas de madera o bates envueltos en espuma, descargas eléctricas (incluyendo en los genitales), asfixia con bolsas plásticas, inmersión en agua fría y privación forzada de sueño mediante iluminación y música a alto volumen las 24 horas del día.
El informe recoge testimonios de 19 casos sobre violencia sexual y prostitución forzada. «Al menos una mujer y cinco adolescentes, entre 15 y 17 años, fueron sometidos a explotación sexual a través de actos de sexo transaccional coercitivo. Una mujer que estuvo detenida en una dependencia de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) durante cuatro meses informó que fue testigo de un acto sexual contra otra mujer detenida. También informó que los sargentos exigían a las mujeres mantener relaciones sexuales a cambio de una llamada telefónica».
Según el informe de la ONU, «los sargentos exigían a las mujeres mantener relaciones sexuales a cambio de una llamada telefónica»
De acuerdo con el testimonio de un hombre detenido en la cárcel de Tocorón, entre agosto y noviembre de 2024, «los custodios seleccionaban a internos por las noches y les ofrecían beneficios sexuales. El testigo presenció la comisión de estos actos en un pasillo de la planta primera del ala B del centro penitenciario».
El informe añade que en otro centro «mujeres privadas de libertad en el marco de las protestas de 2024 fueron víctimas de violencia sexual reiterada por parte de las autoridades, quienes además compartían con los hombres detenidos una lista de precios por los servicios sexuales de las internas. Algunos de estos casos, con información adicional, podrían ser considerados como prostitución forzada».
Entre las detenidas hubo dos mujeres embarazadas. A una de ellas con 11 semanas de alto riesgo, se le negó el control prenatal y el examen de ecosonografía. A la segunda los funcionarios de la Guardia Nacional le prohibieron amamantar a su bebé, pero le exigieron favores sexuales a cambio de poder alimentar a su bebé.
Las requisas más graves practicadas en las cárceles del Rodeo I y Yare III, instalaciones militares y comisarías de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) «consistieron en la desnudez forzada, a veces con contacto físico e inspección vaginal, patrones ya identificados por la Misión en anteriores informes».
Añade el informe que «los maltratos lo sufrieron las mujeres jóvenes principalmente, aunque también las niñas, incluyendo a una a quien dos funcionarios la obligaron a mostrar sus genitales como condición para permitirle la visita de sus familiares».
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