Publicado: octubre 24, 2025, 1:00 pm
De la misma manera que desde el momento del nacimiento iniciamos una curva ascendente en el crecimiento, llega un momento en la edad de las personas adultas (que puede variar según múltiples circunstancias) en la que se produce el fenómeno inverso: el decrecimiento. Por esa razón, muchas veces vemos que nuestros mayores son cada vez más pequeños, y que reducen su estatura progresivamente.
Aunque en general se trata de un proceso ‘natural’ que acompaña al envejecimiento, hay circunstancias que pueden acelerar esta pérdida de altura. Los expertos sitúan en 40 los años en los que tiene lugar ese punto de inflexión, aunque la progresión suele ser más lenta que rápida: un centímetro de merma cada 10 años. ¿Cuál es la razón de esta pérdida de altura?
Las circunstancias que causan pérdida de altura con la edad
A pesar de que los expertos insisten en que hay personas que no inician ese descenso hasta los 70 años e, incluso, también las hay que mantienen la misma estatura durante toda su vida adulta, lo que sí suele ser común a la mayoría de quienes se encogen es que existen tres circunstancias que influyen.
En primer lugar, el propio peso corporal causa desgaste en los discos entre vértebras que se deshidratan y pierden grosor. Al acercarse las vértebras se pueden producir dolores, pero claramente se reduce la estatura al sufrir la columna un acortamiento. Con el envejecimiento, también sucede que nos vamos encorvando, y que la pérdida ósea tiene gran parte de culpa.
Pero es que, con la edad, también va disminuyendo la masa muscular: el abdomen y su musculatura se debilitan, y la postura tiende a bascular hacia delante, y a dejar de tener la espalda recta. Otra circunstancia que provoca la merma es que el arco de los pies se va aplanando, lo que puede llevar a las personas a tener que usar zapatos de uno o dos números más que cuando eran más jóvenes.
¿Existe alguna manera de no perder esos centímetros?
El envejecimiento y la pérdida de altura no es algo que se pueda evitar de manera radical, pero sí minimizar sus efectos en cierta manera. Por ejemplo, siendo previsores y empezando desde ya a hacer ejercicios de fuerza que fortalezcan la musculatura de la espalda y el cuello, así como el abdomen. Al ganar músculo y mejorar la flexibilidad, la postura corporal se va a mantener intacta por más tiempo.
En cuanto al apartado nutricional, no hay que perder de vista el refuerzo de alimentos ricos en vitamina D y calcio, para que los huesos se mantengan en forma. Eliminar el consumo de alcohol y de tabaco, por supuesto, es otra medida que nos ayudará a ganar en salud y, por lo tanto, no ‘agacharnos’ antes de tiempo. Eso sí, la osteoporosis es mayor en las mujeres durante la menopausia, pudiendo ver reducida casi en un 20% su densidad ósea en la zona lumbar.
