Publicado: mayo 8, 2025, 12:30 am
Llevamos meses repitiendo lo mismo. Llevamos meses tratando de convencernos de una obviedad, pero falta mucho para que sea obvia: de esta, sea lo que sea «esta», no salimos sin más integración y más convencimiento de ese espacio físico y espiritual que llamamos Europa. ¿Y qué es Europa? Desde la Ilustración, que tanto detestan los eurófobos, es libertad, igualdad, fraternidad: democracia. Parece sencillo, pero no es tal porque los enemigos de Europa ponen más esfuerzo en intentar destruirla que nosotros, los europeos confesos y militantes, en seguir construyéndola, en seguir avanzando en esos cuatro pilares.
Para este fin de semana, domingo 11 de mayo, hay convocadas manifestaciones proeuropeas en varias ciudades españolas. Es preciso estar ahí. No hace falta que nos cuenten, por favor. Hace falta que se divulgue más que nunca el discurso europeo –que no el relato–. La repetición, en este caso, es un acierto espontáneo y reconfortante.
Para ganar en todo esto, más Europa, más democracia, sería bueno tomar algunas medidas de cierta radicalidad. Por ejemplo, disolver las viejas y caducas naciones-Estado con las que tanto daño nos hemos hecho. ¿Cómo? Promoviendo un pasaporte único europeo, tirando a la papelera los 27 actuales, constituyendo una sola ciudadanía, la europea. Es un sueño realizable que estaría muy bien siempre que no se incurriera en el papanatismo de un nacionalismo europeo.
Para todo eso, y para la fiesta que debe estar presente en todas partes, podemos vernos el próximo domingo en cualquiera de las calles de cualquiera de nuestras ciudades. Llamaré a quien me espera –no sé quién es todavía– para que me acompañe. Le diré que hemos quedado con Europa, a ver si esta vez sí, si esta vez me hace caso.