Publicado: marzo 16, 2018, 8:59 am
Hasta ahora al mercado lo alimentaba el Estado, que monopoliza las monedas, pero el gobierno relanzó el 1 de febrero un sistema de subastas de divisas -cerradas durante cinco meses-, esta vez con recursos del sector privado.
Desde entonces, se registró una devaluación del bolívar de 90,81% en la venta de 4,4 millones de euros, moneda de referencia por sanciones financieras de Estados Unidos que obstaculizan el acceso de Venezuela a financiamiento externo.
El gobierno también eliminó una ínfima tasa de 10 bolívares por dólar, exclusiva para importar comida y medicinas, y foco de corrupción.
Bajo ese sistema, con la misma cantidad con la que se compraba un pequeño paquete de galletas podían adquirirse 1.000 dólares, lo que alentó la sobrefacturación y entrega de divisas a empresas fantasma para ser revendidas en el mercado negro.
De 2004 a 2014, con la bonanza petrolera, este control sirvió para subsidiar productos básicos importados con dólares vendidos a tasas irrisorias.
Pero en los últimos años las importaciones se derrumbaron y la escasez de bienes se hizo crónica, ante una severa sequía de dólares por la caída de la renta petrolera, que representa 96% de los ingresos.
Ahora, en un país en hiperinflación y en default parcial, el gobierno busca liquidez.
En febrero creó el Petro, criptomoneda para intentar reducir la dependencia del dólar y eludir las sanciones estadounidenses, aunque expertos ponen en duda su éxito por la desconfianza en la política económica.
¿Qué pasó con el “dólar negro?
Pese a la severa devaluación no ha podido cerrarse la gigantesca brecha con el “dólar negro”, que se cotiza a seis veces más que el valor derivado de las subastas.
El nuevo sistema “no garantiza las divisas” que necesita la economía ante las más atractivas tasas del mercado negro, dijo a la AFP la economista Anabella Abadi.
Aunque el “dolar negro” retrocedió tras alcanzar un pico en enero, es algo coyuntural, añade.
“Vamos a ver un rebote”, comentó a la AFP el economista Jesús Casique, quien explica que en esta época los bolívares se destinan en mayor medida al pago de impuestos que a la compra de divisas en el mercado paralelo, como ocurrió en 2017.
Según la firma Aristimuño Herrera & Asociados, el “dólar negro” superaría este año los 8 millones de bolívares.
inflación
El costo de vida sigue imparable. Según el Legislativo, aumentó 80% en febrero, mientras el FMI proyecta que este año trepará a 13.000%.
Los salarios se evaporan. Tras un reciente aumento de 64%, el ingreso mínimo mensual es de 6,5 dólares a la tasa del mercado negro, lo que cuestan poco más de tres kilos de carne.
Se estima que el peso del “dólar negro” recae sobre las importaciones privadas (25%), pues el resto las realiza el Estado.
Esas compras pasaron de 59.339 millones de dólares en 2012 a 12.057 millones en 2017, generando desabastecimiento y presiones inflacionarias.
La devaluación impactará especialmente en los costos de productos y servicios subsidiados como agua, electricidad o telefonía, ligados a las tasas oficiales.
Ocurrirá por el mayor costo de las importaciones y el incremento de tasas arancelarias y otros impuestos, explicó Abadi.