Esta proporción refleja el tamaño de la crisis de efectivo en la economía, que ocurre a la par de una voraz hiperinflación que diluye el poder adquisitivo de la población.
Al cierre de 2017 esa relación se mantenía en 5,5% y al 16 de junio del año pasado, es decir, hace un año, era de 8% ubicándose en Bs 1,59 billones.
Algunos economistas señalan que el ratio monedas y billetes/liquidez monetaria debería situarse entre 10% y 12%.
La actual escasez de billetes se debe a la incapacidad del BCV de emitir suficiente papel moneda y en las denominaciones adecuadas para atender una hiperinflación que avanza a ritmo acelerado.
La liquidez monetaria al 15 de junio se ubicó en Bs 1,46 billardos y por segunda semana consecutiva, la cifra no superó los dos dígitos registrados en los dos meses anteriores.
Se espera que con el aumento del salario mínimo integral de 103%, vigente desde el 16 de junio y el alza en los montos de los distintos de los bonos del programa hoagres de la patria decretados por el presidente Nicolás Maduro el 20 de junio, a final de mes y en la primera semana de julio se sume una cantidad descomunal de dinero (electrónico o no) a la economía que atizará la hiperinflación.
La velocidad con la que aumentan los precios en Venezuela no se compara con los registrados en naciones que ya vivieron episodios hiperinflacionarios. La firma Ecoanalítica ya ubica al país en el puesto 31 en el ránking de 57.