Publicado: diciembre 18, 2025, 11:30 am
Hay quienes, a pesar de que podrían llevar una vida al 100 % enclavada en lo que ya se conoce como la etiqueta de nepobabies, como puede ser en el mundo de la música o del cine o, en algunos casos, a modo de influencers en las redes sociales, deciden algo sumamente diferente. O, al menos, no tan expuestos como el resto. También puede ser porque no viesen futuro, porque no les fuese especialmente bien o algo tan sencillo como que su forma de ser o de pensar no concuerda con lo que se pueda esperar de ser «el hijo/la hija de». Un ejemplo podría ser el hijo de Willem Dafoe, abogado medioambiental, o Dimitri Hamlin, que le debe haber nacido al genio de los efectos especiales Ray Harryhausen.
La última cinta del mago del stop-motion, Furia de titanes, la protagonizó, en 1979 —aunque se estrenaría año y medio después—, un entonces desconocido Harry Hamlin en la piel de Perseo, quien en la cinta se enfrentaba a toda serie de criaturas mitológicas para rescatar a Andrómeda. Pero su interés amoroso estaba en el Olimpo, dado que en la cinta aparecían en varias ocasiones los antiguos dioses griegos reunidos, formando parte del elenco, como Afrodita, Ursula Andress. A pesar de la diferencia de edad, siendo ella 15 años más mayor, se enamoraron tan perdidamente que al poco tiempo se daba a conocer que estaba embarazada.
La primera chica Bond, de Agente 007 contra el Dr. No, se enfrentó a las habladurías y críticas de la época sobre si sería capaz de llevar a buen puerto su embarazo, habida cuenta de que se trataría de su primer hijo y de que ya contaba con 44 años. Pero el 19 de mayo de 1980 nacía, en el Cedars-Sinai Medical Center de Los Ángeles, su primogénito, a quienes sus padres, a pesar de que los desacuerdos —y supuestamente las infidelidades de él— acabarían pesando en la relación y se separarían de manera definitiva en 1983, decidieron bautizar como Dimitri.
En las revistas se elogiaba, ya por aquel entonces, que sería una de las personas más bellas del planeta, habida cuenta de que era el hijo de dos de las estrellas consideradas más guapas del star system. Sin embargo, conseguiría al poco tiempo comenzar a pasar desapercibido, en gran medida gracias a que su madre, en cuando rompió con Hamlin y obtuvo la custodia, se marchó a vivir a Roma. Concretamente, a la mansión que poseía Angelo Frontoni, el conocido como fotógrafo de las grandes estrellas de Hollywood que viajaban hasta los estudios Cinecittà de la capital italiana.
Aunque disfrutó aquellos años lejos de la meca del cine para formarse, lo que de hecho repercutió en su personalidad —Dimitri es un hombre muy reservado y hermético con respecto a su vida privada— no dudó, una vez terminada su etapa estudiantil, para trasladarse de nuevo a Estados Unidos, ya que cursó la carrera de Filosofía en una de las universidades más prestigiosas y elitistas del país, Princeton. Ya como adulto, de hecho, probó suerte en el mundo de la moda y en el de la actuación, apareciendo en cuatro episodios de 2005 de la serie italiana Caterina y sus hijas.
A pesar de que incluso apareció en el catálogo de otoño de 2004 de la firma Abercrombie & Fitch como «Rising Stars» («Estrellas nacientes») junto a otros nombres como Taylor Swift, Olivia Wilde, Lee Pace, Wentworth Miller o la recientemente fallecida Michelle Trachtenberg, rápidamente se dio cuenta de que las pasarelas y las sesiones fotográficas no eran lo suyo, por lo que no tuvo más remedio que intentarlo por otros caminos.
Se puede entrever, además, que no sabía realmente a lo que dedicarse, dado que sus profesiones han variado muchísimo a lo largo del tiempo, desde ser DJ de música techno en diversos locales europeos —la música hizo que apareciese en el videoclip de Worked Up!, de Brian Anthony, en 2008— hasta colaborador en The Huffington Post, periódico en el que publicaba artículos y columnas desde un punto de vista filosófico anarquista ontológico, tal y como él mismo se describía por aquel entonces.
Y todo ello es bastante curioso porque, a sus 45 años, apenas si hay fotos de Dimitri como adulto, habiendo aceptado que prefiere una vida alejada de los focos, a pesar de aceptar quiénes son sus padres. De hecho, él sigue siendo muy cercano a su madre, que hoy por hoy tiene 89 años, pero también a su padre, a pesar de que este le confesó a la revista US Weekly la pasada primavera que por la distancia y por su trabajo, no fue la gran figura paterna que quizá tendría que haber sido. «Le eché de menos durante toda su infancia», confesó, «porque él no tenía a su padre en las obras del colegio, ni en los partidos de fútbol… Yo no estaba ahí ni para ayudarle con los deberes ni para apoyarle y enseñarle a superar el acoso escolar.»
Quizá esa sea una de las razones por las que Dimitri prefiere pasar desapercibido —que se sepa, no tiene pareja o hijos—, muy diferente a la vida de sus hermanas pequeñas, Delilah Belle y Amelia Gray, de 27 y 24 años respectivamente, y quienes hoy por hoy son dos de las modelos más cotizadas del mundo, además de que en Instagram ambas cuentan con alrededor de los dos millones de seguidores. Son frutos del tercer matrimonio de Harry Hamlin, pues, aunque nunca se casó con Andress, más tarde lo hizo con las actrices Laura Johnson (1985-1989) y Nicollette Sheridan (entre 1991 y 1992).
Sin embargo, cuando su hijo tenía 16 años, el actor se casó con Lisa Rinna, con quien ha continuado hasta hoy en día, en el que han protagonizado incluso un reality en el que Dimitri ha aparecido muy ocasionalmente. La relación de Dimitri con la esposa de su padre es bastante buena e incluso hace un año volvió a aparecer en un evento junto a ellos, lo que no ocurría desde 2006. Rinna, de hecho, realizó unas polémicas declaraciones en su Instagram, pues para demostrar su amor por Dimitri subió una story en la que atribuyó la belleza del hijo al «buen ADN» de su padre, algo que los fans de Andress, obviamente, no aceptaron.
