Publicado: diciembre 5, 2025, 1:05 pm
El pasado 4 de noviembre, la élite del sector olivarero mundial se dio cita en Madrid con ocasión de la gala de entrega de los premios Evooleum Awards, un certamen que cada año selecciona los cien mejores aceites de oliva virgen extra (AOVE) del mundo y que para esta industria pasa por ser algo así como ‘la guía Michelin del oro líquido’, el galardón que goza de mayor prestigio a nivel internacional en el sector. Más allá de la calidad y el sabor, los premios Evooleum también valoran hechos diferenciales de cada aceite en varias categorías, que incluyen un ‘top 20’ de mejores AOVE de Producción Limitada (para pequeños productores), mejor diseño de ‘packaging’, ‘top 10’ de más saludables del mundo e incluso Mejor Mujer Productora y Mejor Maestro de Almazara. Asimismo, y como novedad en esta edición, también se entregaron laureles a la Mejor Tienda de AOVE, que recayó en Fábrica do Azeite (Porto, Portugal) y la Mejor Campaña de Comunicación, que recibió Pedro Barato, presidente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español. Y por supuesto, el galardón más deseado, el de mejor AOVE del mundo, que este año recayó en Monini Monocultivar Coratina Bio, un productor de Perugia (Italia) que produce con olivas de la variedad coratina. A su vez, el reconocimiento como mejor aceite de España correspondió a la Cooperativa Olivarera de Valdepeñas (COLIVAL). «Este reconocimiento no es un punto final, sino un impulso que nos compromete a seguir innovando, investigando, aprendiendo y defendiendo la calidad en cada gota», afirmó Consoli Molero, gerente de COLIVAL, en el momento de recoger el laurel. Entre esos cien productores que integrarán la Guía Evooleum 2026 los hay de Portugal, Italia, Grecia, Sudáfrica, Croacia, España…, con presencia tanto de grandes cooperativas de larga tradición olivarera como pymes recién llegadas al sector. Entre estos últimos se cuenta Carla Gili, una productora de Montgai (Lérida) cuya marca ( Anècdota ) ha conseguido entrar en el ‘top 20’ mundial de marcas de producción limitada a pesar de que su empresa echó a andar hace apenas dos años; y lo hizo, por cierto, con un modelo de negocio apenas explorado en la industria del AOVE. Anècdota ofrece «aceites de finca». Según nos cuenta Gili, esto significa que cada lote viene de una parcela determinada y nunca se mezcla producto de fincas distintas , lo que da a cada botella unas notas de cata irrepetibles y distintivas. Además, en el etiquetado está la historia que hay detrás de cada lote: la parcela de la que procede el aceite, la familia a la que pertenece y la almazara que lo procesa. Con todo, la idea era que «el productor y su explotación se hicieran reconocibles y accesibles para el consumidor y no quedaran diluidos en el proceso», explica Gili, antes de recordarnos que esto no es nuevo. Se trata de una práctica asentada en la industria del café y el chocolate, donde toma el nombre de ‘bean to bar’ o ‘single origin’, pero que en el ‘oro líquido’ es terreno por explorar. Historias como estas fueron protagonistas en la décima edición de la Gala Evooleum, que contó con la presencia de personalidades como el medallista olímpico Saúl Craviotto o el chef triestrellado Quique Dacosta , además del ministro de Agricultura, Luis Planas.
