Publicado: diciembre 4, 2025, 7:30 am
«El tráfico de drogas constituye un negocio criminal global y una gran amenaza para el bienestar de los europeos, así como para la seguridad de Europa en su conjunto. Las drogas ilícitas, como la cocaína y las drogas sintéticas, siguen impulsando la violencia, la corrupción y la explotación de la economía legal». Ese aviso sale de la Comisión Europea, que este jueves ha presentado su plan para luchar contra el tráfico de drogas, centrado en tres ejes: el cero a los laboratorios clandestinos, la lucha contra la captación de menores por parte de los clanes y el blindaje de los puertos.
Bruselas propone elevar el nivel de preparación de los Estados miembros mediante mejores sistemas de datos, vigilancia y alerta temprana, apoyados por una Agencia AntiDroga de la UE (EUDA) con poderes ampliados para identificar sustancias emergentes y evaluar los riesgos de opioides sintéticos de alta potencia. En paralelo, la Comisión quiere blindar la salud pública con un impulso renovado a la prevención, el tratamiento y la reintegración, dentro del paraguas de la iniciativa Healthier Together, acompañado de campañas y guías prácticas.
El plan también pone el acento en la seguridad, con un endurecimiento de las herramientas contra el crimen organizado y una revisión del marco jurídico vigente antes de 2026. Entre las prioridades, destaca la cooperación entre administraciones y empresas para frenar el contrabando a través del correo y la mensajería, así como una nueva Estrategia de Puertos destinada a reforzar la vigilancia y la resiliencia de las infraestructuras críticas. A esto se suman medidas específicas para reducir el daño social y ambiental asociado a las drogas y para proteger a los menores frente al reclutamiento de las redes criminales, con nuevos instrumentos y planes de acción a escala europea.
Finalmente, la Comisión apuesta por mirar más allá de las fronteras de la UE y estrechar alianzas con terceros países. El objetivo es reforzar la cooperación operativa, compartir capacidades y frenar rutas de tráfico que evolucionan con rapidez. A ello se suma un mayor acercamiento a organizaciones civiles y actores privados, considerados piezas clave para anticipar tendencias, cerrar brechas y construir una respuesta internacional más coordinada frente a un desafío que trasciende continentes.
«El abuso de drogas supone una grave amenaza para la salud pública, ya que las nuevas sustancias aumentan aún más los riesgos de intoxicación y sobredosis. Los niños y los jóvenes se ven particularmente afectados», añaden desde el Ejecutivo comunitario, que ve también cierta perspectiva de clima: «Además, la producción de drogas causa daños medioambientales significativos, incluso a través de residuos tóxicos. Estas dinámicas en evolución exigen una respuesta más fuerte y coordinada en toda la Unión».
El plan de acción que acompaña a la estrategia Bruselas también lo define como completo. La UE quiere adelantarse a unas redes criminales que cambian de tácticas y rutas a gran velocidad. Para ello, Frontex y Europol reforzarán su apoyo en la detección de cargamentos ilícitos en las fronteras exteriores, incluso aquellos que llegan mediante embarcaciones rápidas. También se ampliará el trabajo del MAOC-N, clave en la interceptación de envíos marítimos, con el fin de dificultar aún más el uso del Atlántico y el Mediterráneo como corredores para el narcotráfico.
Otra línea de acción se centra en frenar la violencia asociada a las drogas, especialmente entre los jóvenes. Bruselas prevé crear una plataforma europea de expertos para combatir la captación en línea y reforzar la cooperación entre fuerzas policiales, judiciales y aduaneras. El intercambio de información y los análisis conjuntos serán esenciales, mientras Europol reforzará la vigilancia de los mercados digitales de drogas y el rastreo de actividades sospechosas. En paralelo, la EUDA pondrá en marcha una base de datos europea de sustancias emergentes y ofrecerá formación especializada para desmantelar laboratorios de sintéticos.
La estrategia se completa con una apuesta por la innovación y la dimensión internacional. En 2026 arrancará un nuevo Campus de Seguridad e Innovación para acelerar la aplicación práctica de proyectos de investigación. Además, la UE intensificará las alianzas con países clave mediante investigaciones conjuntas y acciones coordinadas para blindar puertos, cortar nuevas rutas y debilitar la capacidad de adaptación de las redes de tráfico a escala global.
«La UE no tolerará que las redes delictivas inunden nuestras calles con drogas baratas, alimentando la delincuencia violenta y socavando la salud y la seguridad en Europa», ha alertado este jueves en rueda de prensa el comisario europeo de Interior, Magnus Bruner. «Estamos colaborando con socios de todo el mundo para poner fin al tráfico de estupefacientes hacia la UE. Estamos reforzando las medidas de seguridad para restringir el suministro. Y estamos trabajando para mejorar el acceso al tratamiento con el fin de combatir los efectos devastadores sobre la salud», añadió.
El comisario además avisó de que no hay mucho margen de maniobra. «Ante unos mercados de drogas cada vez más sofisticados y violentos, esta respuesta europea integrada, centrada en la preparación y la prevención, tiene por objeto ofrecer soluciones sostenibles que son fundamentales para proteger nuestro tejido social y establecer normas mundiales para nuestros socios».
