Publicado: diciembre 1, 2025, 3:00 pm
Los suscriptores de Club El Economista vivieron una experiencia exclusiva en Malinche, El Musical, donde no solo asistieron a la función, sino que ingresaron al área de caracterización para conocer el detrás de escena junto a los actores Edu Siller, Jaco Navarro y Karen Fonseca.
Entre brochas, luces y piezas de vestuario que cuentan siglos de historia, los asistentes descubrieron cómo se construye la magia visual del espectáculo de Nacho Cano.
Desde su llegada al Frontón México, el grupo fue recibido por el equipo de producción para adentrarse en el corazón del musical. Entre camerinos y estaciones de maquillaje, los actores compartieron anécdotas de su preparación, del rigor de cada función y del impacto que representa formar parte de un fenómeno como Malinche desde su llegada a México el 28 de marzo del 2025.
El arte de transformar la historia: Javier Soria
Como parte de la experiencia, El Economista conversó con Javier Soria, director de caracterización de este musical, quien ha acompañado a Nacho Cano desde la versión española. Para él, llegar a México significó completar un ciclo creativo.
“Haber hecho el musical en España y luego venir aquí ha sido como unir las dos partes de la historia. Fue muy gratificante. Sentí que completaba algo que comencé allá”, señaló Soria.
Explicó que, aunque el equipo trabajó a contrarreloj —un montaje de tres meses frente al año y medio que tomó en España—, lograron replicar la propuesta visual original, haciendo solo ajustes puntuales en personajes como Tonantzin y Malinche.
Soria compartió que su visión punk se mezcla de manera natural con la sensibilidad rockera de Nacho Cano, dando como resultado una reinterpretación contemporánea. Si bien investigaron profundamente la cultura mexicana mientras estaban en España, nada se comparó con vivirla de cerca.
“Lo que leí en libros se multiplicó por mil al llegar a México. Los colores, las texturas, la artesanía, verlo todo de cerca fue impactante”, mencionó.
En total, se elaboraron alrededor de 800 looks para 40 bailarines y actores, quienes se transforman continuamente a lo largo del espectáculo. El vestuario rompe con lo estrictamente histórico para apostar por una estética poderosa, sensual y moderna: “No importa si las tachuelas o imperdibles no existían en la época. Queremos que impacte y te meta en la historia”.
Soria también subrayó el papel central de la mujer en el musical, tanto en la narrativa como en el equipo de trabajo: “La mujer mexicana es fuerte, trabajadora, incansable. Entender eso me hizo comprender mucho más a Malinche y su papel en la historia”.
Suscriptores entre bastidores
Para Stacey de la Rosa, suscriptora de El Economista desde hace 3 años, la visita al backstage “revolucionó por completo” su forma de ver un musical. Para ella, presenciar cómo se estructuran los personajes y cómo evoluciona su apariencia en cada escena le permitió comprender la magnitud del trabajo técnico.
“Ha sido toda una experiencia divertidísima, padrísima porque pudimos pasar a los camerinos, conocer a aparte del elenco, vimos cómo se caracterizaban, pudimos escuchar algunas experiencias que nos compartieron”, apuntó.
Por su parte, Alberto Fernando Pérez, suscriptor por más de una década, describió la experiencia como una inmersión total. El encuentro directo con los actores reforzó su conexión con el montaje.
“Fue mágico poder asistir al backstage, conocer a los actores mientras los estaban caracterizando. Fueron muy amables, contestando nuestras dudas y preguntas”, señaló.
Alfonso Sauza, miembro de El Economista desde hace 3 años, subrayó que lo que más le sorprendió fue el nivel de detalle que sostiene el musical. “El espectáculo, la producción está padrísima, la música y todos los pequeños detalles como de sonido suenan espectacular aquí. Es una experiencia totalmente inmersiva”, puntualizó.
Todos coincidieron en un punto: pertenecer al Club El Economista les ha permitido vivir experiencias únicas, cercanas y memorables.
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