El regreso a la primera línea de Linda Hamilton con 'Stranger Things': de su celibato a su dolorosa pérdida - Venezuela
Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


El regreso a la primera línea de Linda Hamilton con 'Stranger Things': de su celibato a su dolorosa pérdida

Publicado: diciembre 1, 2025, 6:30 am

Los espectadores de la quinta, nueva y última temporada de Stranger Things, cuya primera tanda de episodios acaba de llegar a Netflix, si son también fans de una saga cinematográfica como Terminator, no habrán tardado en identificarla. La doctora Kay, la villana (humana) de esta entrega, no es sino Linda Hamilton, la mítica Sarah Connor de las películas sobre viajes en el tiempo y robots que supusieron un cambio en la industria —sobre todo la primera secuela, y en especial en el campo de los efectos visuales— entre los años 80 y 90, precisamente la etapa que homenajea la ficción del gigante del streaming.

Para Hamilton, nacida en Salisbury, en el estado de Maryland, a finales de septiembre de 1956, ha supuesto un regreso en toda regla a la primera línea, toda vez que la anterior entrega de Terminator, titulada Destino oscuro, no fue un gran éxito ni de crítica ni de público justo antes de la pandemia. Una etapa, además, oscura en su vida, ya que fue en 2020 cuando, debido a las complicaciones de salud derivadas del covid, perdió a su hermana gemela, Leslie Hamilton, quien, aunque enfermera de profesión, había hecho de doble de su hermana en ciertas escenas de Terminator 2.

Eso, y su propia edad, de alguna forma, habían hecho que se planteara seriamente la jubilación, como ella misma ha reconocido en una entrevista que ha concedido a The Telegraph recientemente. «Mi última conversación con mi agente fue algo más o menos así: ‘Tío, creo que tengo que retirarme’. Como me llevaba dos años fastidiando la cadera y ya no estaba al cien por cien, le dije: ‘Creo que tengo que centrarme en mi salud, me da que no puedo ya con todo esto», afirmó. Pero entonces recibió la llamada de los hermanos Duffer, creadores de la serie, y se emocionó, porque no es solo que ahora esté dentro de la propia ficción, sino que desde su comienzo es una fan total de ella.

Pero, como sintetizan desde Vanity Fair, aunque parezca que Hamilton ha estado mucho tiempo sin trabajar, lo cierto es que jamás ha dejado de hacerlo. Desde 2021, por ejemplo, ha estado dentro de otra serie de ciencia ficción, Resident Alien, pero es que, a sus 69 años, puede decir orgullosa que, al menos según su perfil en la web especializada IMDb, no ha habido un año que no haya tenido algún proyecto desde su debut, a los 23 años, en 1979, y recién mudada a Nueva York, en la cinta Night-Flowers. Todo un mensaje para aquel profesor que tuvo en el Washington College, la universidad de su ciudad natal, que le espetó que no tenía futuro como actriz.

Se puede sospechar que se tuvo que tragar sus palabras al ver a su exalumna a las órdenes de James Cameron en la primera entrega de Terminator y en la adaptación de Los chicos del maíz en 1984, amén de participando en series como Se ha escrito un crimen, Canción triste de Hill Street o Frasier. Es cierto que su ecléctica elección de proyectos le llevaron desde hacer cintas como Sexpionaje o King Kong 2 a otras producciones más acertadas de cara al público, como Un pueblo llamado Dante’s Peak o La bella y la bestia, una revisión en forma de serie del clásico cuento de hadas con la que fue nominada al Emmy y al Globo de Oro.

Pero ella pidió que mataran a su personaje porque iba a tener a su primer hijo. Fue una etapa en la que experimentó de todo, de enamoramientos a separaciones sonadas. Había conocido a su primer marido, el actor Bruce Abott, en 1982, y dio la casualidad de que se divorciaron, en 1989, estando ella embarazada de su primogénito, Dalton. A su segundo marido le había conocido en su cinta más recordada, pero no sería hasta el rodaje de la segunda parte, El juicio final, en 1990, que no empezarían a salir.

Con James Cameron tuvo a su segundo bebé, Josephine, en 1993, si bien la pareja no pasaría por el altar hasta 1997, curiosamente el año en el que la prensa más insistía en un supuesto affaire del cineasta con Suzy Amis, actriz que había conocido durante el rodaje de Titanic. Cameron y Hamilton se divorciarían dos años después, dado que la boda fue casi una cortina de humo para evitar un escándalo que afectase a la cinta en plena temporada de premios. Es más, el romance entre el director y Amis se confirmarían posteriormente —»La mujer que no puede conseguir es la que se convierte en la mujer de sus sueños… Para él, el trabajo y las mujeres van de la mano. Y yo soy la que mejor lo sabe», dijo en 2009—.

James hubo de pagar 50 millones de dólares a Hamilton. Ella reconoció años más tarde, sin embargo, que no fue fácil convivir con ella, en parte por sufrir depresión y un trastorno bipolar desde su adolescencia. Esto le provocaba, como le confesó a Larry King en 2005, cambios violentos de humor que, unidos a episodios de abuso de alcohol y drogas, tuvieron bastante que ver en el The End de sus matrimonios. «Creo que Jim [Cameron] fue quien me dijo una vez: ‘Me gusta la persona a la que dejo por la mañana, pero no siempre sé a quién me voy a encontrar en casa cuando regreso a la noche», confesó, añadiendo que no podía controlar que su angustia y que algo nimio se convertía en gigantesco en su cabeza.

Entre la terapia y la medicación consiguió superarlo, pero desde entonces no solo no ha tenido relaciones conocidas, sino relaciones, a secas. En una entrevista concedida en 2019 a The New York Times, recuerdan desde Vanity Fair, admitió llevar «unos 15 años de celibato» voluntario. «Se pierde la cuenta, pero porque simplemente ya no importa. O al menos a mí ya no me importa. Con quien tengo una relación romántica es con mi mundo y con quienes lo habitan a diario», añadió. Y es algo que ha mantenido otros cinco años, como ha admitido hace unos días.

Un mundo íntimo que, curiosamente, se ha acrecentado por primera vez este 2025, año en el que se ha convertido en abuela primeriza. Aunque, haciendo gala de ese temple y fortaleza que le ha insuflado a sus grandes personajes, no le ha dado importancia: «No me he pasado 20 años esperando un nieto. He estado ocupada y, además, así no le metía presión añadida ni ningún peso a mis hijos». Palabra de Hamilton.

Related Articles