Publicado: diciembre 1, 2025, 1:30 am
Mientras golpea la pelota con la paleta, Almudena no puede pensar en nada más: es su cerebro dando órdenes a sus piernas para que se desplacen unos metros y a su mano para que impacte en el puntito naranja. En esa acción no entra nada, tampoco los sÃntomas del párkinson que padece desde 2009. Ella, como Javier, como Paco, como muchos otros pacientes de esta enfermedad han encontrado en el tenis de mesa un punto de apoyo en un mundo que a veces se desequilibra demasiado. Saben que no van a vencer al párkinson, pero durante un tiempo, el que dura el entrenamiento, el que dura el partido, el que dura el pospartido de charla con los compañeros, son ellos… Ver Más
