Publicado: noviembre 27, 2025, 9:30 pm
Una de las víctimas del ataque en la Casa Blanca, la especialista del Ejército Sarah Beckstrom, de 20 años, ha muerto. El presidente Donald Trump ha confirmado el hecho en un mensaje a las tropas desde Mar-a-Lago. Trump ha insistido en que la soldado «ha sido atacada salvajemente», según ha informado The New York Times.
Beckstrom y el sargento de la Fuerza Aérea Andrew Wolfe, de 24 años, ambos de la Guardia Nacional de Virginia Occidental, han sido identificados como las víctimas del ataque. El padre de Beckstrom ha asegurado que su hija tenía una «herida mortal», mientras que un familiar de Wolfe ha pedido «oraciones» para él.
El presunto atacante, Rahmanullah Lakanwal, ha quedado bajo custodia después de recibir graves heridas. Las autoridades han indicado que se trata de un ciudadano afgano, que ha ingresado en EEUU a través de un programa de asilo durante la presidencia de Joe Biden, en 2021.
Tras el tiroteo, Trump ha ordenado el envío de 500 miembros adicionales de la Guardia Nacional a Washington, que se han sumado a los aproximadamente 2.000 ya desplegados.
El caso ha desencadenado un choque político inmediato: funcionarios de la administración Trump han responsabilizado a la política migratoria de la era Biden por permitir la entrada de Lakanwal. Sin embargo, el New York Times ha revelado que el hombre ha obtenido asilo en abril, cuando Trump ya había regresado al poder.
El historial del atacante también ha generado preocupación puesto Lakanwal ha formado parte de un Zero Unit, una fuerza afgana entrenada por la CIA y conocida por sus operaciones nocturnas y su dureza, según ha documentado el periodico neoyorquino. Un amigo de la infancia ha afirmado que el hombre ha sufrido problemas de salud mental y ha estado perturbado por las bajas causadas por su unidad.
El ataque ha reactivado el debate sobre la legalidad del despliegue de la Guardia Nacional en ciudades estadounidenses. La semana pasada, un juez federal ordenó suspender temporalmente la presencia de tropas en Washington por considerarla posiblemente ilegal, una decisión que la administración Trump ha intentado bloquear tras el tiroteo.
