Publicado: noviembre 27, 2025, 1:00 pm
Europa ha aprobado este jueves en Bremen (Alemania) un presupuesto histórico para la Agencia Espacial Europea (ESA). Los 32 países miembros han acordado en el Consejo de la Agencia Espacial Europea a nivel ministerial (CM25) que destinarán 22.100 millones de euros para los próximos tres años, una cantidad que supera en 5.000 millones la inversión aprobada en Sevilla en 2022 y que casi ha colmado las expectativas de los dirigentes de la propia agencia, que pedían 22.000 millones. El objetivo: apuntalar no solo el liderazgo de la ESA en los programas científicos y de observación de la Tierra, en los que el viejo continente está a la vanguardia mundial; sino también sus aspiraciones en la exploración humana y robótica de otros mundos, además del creciente negocio de los satélites y cohetes, amén de la parcela de defensa desde el espacio. En concreto, el grueso de los más de 22.000 millones de euros, que suponen un incremento del 32% con respecto al presupuesto anterior, va a parar a transporte espacial (es decir, acceso al espacio con cohetes y naves espaciales), con 4.439 millones de euros (20% del total). Aquí, además de la inversión en el gran cohete europeo Ariane 6 y el de cargas más pequeñas Vega-C, se contempla la financiación del European Launcher Challenge, una competición entre empresas europeas entre las que se incluye la española PLD Space y su Miura 5 , que intentará convertirse en el nuevo lanzador europeo. El programa científico, baluarte de la ESA, se lleva del presupuesto 3.787 millones de euros (17%), con misiones tan ambiciosas como un viaje con un aterrizador a Encélado, la luna helada de Saturno candidata a albergar vida; o la misión New Athena, un potente observatorio espacial de rayos X. De cerca le siguen el programa de observación de la Tierra, en la que la ESA es referente mundial, con 3.455 millones de euros (16%). Aumenta el presupuesto en exploración humana y robótica , en el que se invertirán 2.976 millones de euros (13%) y el de seguridad y defensa espacial, con casi 1.000 millones de euros (4%). Mención especial también para las comunicaciones, que abarcarán más de 2.000 millones de euros (9%). Por países, Alemania, aporta la mayor parte del presupuesto, con 5.067 millones de euros; seguido de Francia, con 3.599 millones; Italia, con 3.462 millones; y España, que se ‘cuela’ como cuarto contribuyente y una aportación de 1.854 millones, por delante de Reino Unido (1.706 millones) y Bélgica (1.109 millones). «Han sido dos días intensos de negociaciones», ha señalado Josef Aschbacher, director de la ESA en la rueda de prensa con los medios que ha clausurado la ministerial y en la que ha estado acompañado de Dorothee Bär, la ministra de Investigación, Tecnología y Espacio de Alemania y Adolfo Urso, ministro de Economía italiano. «Quiero dar las gracias a los países miembros, que lo han hecho posible. Hoy estamos escribiendo la historia de Europa en el espacio». Como novedad, este año también destaca la inversión de los países a través de sus ministerios de Defensa, no solo de carteras civiles como Ciencia. «Esta apuesta demuestra no solo que el espacio es un sector atractivo para las políticas actuales, sino que también confían en el trabajo que la agencia lleva desempeñando durante años», ha indicado el director de la ESA, quien además ha explicado que se destinarán 3.600 millones para proyectos cofinanciados para involucrar además a las empresas privadas. Desde que Josef Aschbacher fuera nombrado director de la ESA, las reuniones ministeriales (encuentros trienales donde los países miembros se sientan a debatir sobre el futuro de la agencia en el espacio y, sobre todo, a aprobar su presupuesto para los próximos tres años) se han tornado mucho más ambiciosas. Bajo su mandato se han impulsado proyectos como la nueva generación de astronautas, entre los que se eligió a Pablo Álvarez y a Sara García ; el acceso autónomo al espacio gracias a cohetes propios, como el Ariane 6 o el Vega-C; o el cada vez más palpable soporte de la agencia en compañías privadas europeas en vez de cargar todo el peso en el sector público. Todo ello en un contexto cambiante y volátil. En términos políticos, Aschbacher tuvo que hacer frente al conflicto en Ucrania, tras el cual los países miembros decidieron que la ESA cortaría todo tipo de relación con Rusia en el espacio; también se ha enfrentado a los recortes de Donald Trump, que amenazan la colaboración con la NASA en grandes proyectos como el Programa Artemis y la vuelta de tripulaciones a la Luna. El términos económicos se ha enfrentado a toda una revolución en el sector espacial por empresas como SpaceX, que han cambiado completamente las reglas del juego. E incluso se ha enfrentado a conflictos coyunturales, como la conocida ‘ crisis de los lanzadores ‘, que dejó durante casi dos años al viejo continente dependiendo de cohetes extranjeros para lanzar sus misiones. El futuro de Aschbacher y de la ESA vendrá marcado en el futuro por la iniciativa ‘Resiliencia desde el Espacio’. La financiación inicial se destinará a un sistema que dé acceso a imágenes satelitales de alta resolución temporal y espacial, mediante la puesta en común y el intercambio de recursos y la creación de una red para subsanar las deficiencias en las observaciones, para mejorar la respuesta, por ejemplo, en catástrofes como la dana de Valencia. No obstante, también se fijará la vista en nuevos servicios de navegación desde la órbita baja terrestre y una conectividad segura. «El claro mandato para el uso de aplicaciones espaciales con fines de defensa no agresivos supone un cambio histórico para la ESA», han señalado desde la ESA. «En la ministerial se ha decidido que las suscripciones permanecerán abiertas hasta el próximo año para que los estados participantes puedan adaptarse al nuevo programa». En cuanto a exploración espacial, Aschbacher ha confirmado que tres astronautas de nacionalidades alemana, italiana y francesa irán a la estación lunar Gateway (pero, de momento, sin planes para pisar la Luna, solo para orbitarla), y se mantiene el compromiso de la NASA con la ESA para lanzar el rover europeo Rosalind Franklin a Marte para 2028.
