Publicado: noviembre 22, 2025, 12:00 pm
Recientemente se dio a conocer la presencia de mosquitos en zonas donde históricamente no podían sobrevivir, como Colorado, Estados Unidos, e Islandia, un país que era libre de ellos, pero que recientemente presentó un calor récord durante la primavera.
La presencia de estos insectos en esas zonas causó sorpresa en la comunidad científica internacional, ya que la noticia es un foco de alerta, lo que atribuyen al cambio climático; hasta ahora, la única zona libre de ellos es la Antártida.
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El Descubrimiento
El biólogo por la Universidad Veracruzana, Santiago Jaume Schinkel, explicó que el mosquito que llegó a Islandia se llama Culiseta annulata, una especie resistente al frío y con distribución Paleártica (Europa, Asia, al norte del Himalaya, norte de África, y el norte de la Península Arábiga).
Llegó a diferentes latitudes al ser trasladado por humanos. El también doctorado en Recursos Naturales por la Universidad de Bonn, Alemania, relató que la presencia de los mosquitos fue detectada en grupos de Facebook y el entomólogo de Islandia, Bjorn Hjaltason, confirmó su presencia en ese país.
“Este hallazgo resalta la importancia de la ciencia ciudadana en la detección de especies y vectores de enfermedades. La participación activa de la población, en conjunto con los científicos, permite identificar de forma temprana la presencia de organismos donde antes no se encontraban, como ocurrió en Islandia”, declaró el biólogo para la Gaceta UNAM.
Habitando nuevas zonas
Santiago Jaume Schinkel, quien se unirá al equipo de investigadores del Instituto de Biología de la máxima casa de estudios, consideró que este fenómeno podría relacionarse con el cambio climático, aunque también con la movilidad humana; sin embargo, aunque la especie encontrada fue observada en la naturaleza, todavía no se confirma si hay una población estable y reproductiva en la isla.
Respecto a Colorado, la especie que llegó a las Montañas Rocosas es un mosquito portador de enfermedades; en la publicación Inside Climate News se señala la creencia de que el mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue, chikungunya y zika, dependía mucho del clima cálido y húmedo para sobrevivir en el oeste montañoso, contrario a la población recién hallada.
Santiago Jaume, quien realiza una estancia posdoctoral en la University of Guelph, comentó que es un caso similar al de la Ciudad de México, que se encuentra por encima de los 2,000 metros sobre el nivel del mar, siendo que el Aedes aegypti normalmente no vive por encima de los 1,700 metros; sin embargo, el calentamiento global modificó esta situación.
sobre el nivel del mar, pero el calentamiento global está modificando esa frontera natural. Las temperaturas más altas permiten que este mosquito sobreviva y complete su ciclo de vida en altitudes mayores, como las Montañas Rocallosas de Colorado, o incluso la capital mexicana, ubicada por encima de los dos mil 200 metros. No se han detectado casos de contagios en esa zona, pero se abre la puerta hacia ellos.
El aumento de las temperaturas en el mundo sí amplia el rango geográfico de distintas especies de mosquitos alrededor del planeta: “A mayor altitud normalmente es más frío, pero con el cambio climático ha estado más caliente, lo cual propicia que puedan colonizar nuevos hábitats donde antes no sobrevivían”.
S.O.S.
Durante la cumbre previa a la COP30, a inicios de noviembre de 2025, Antonio Guterres, secretario general de la ONU, expresó su preocupación por el fracaso global en limitar el calentamiento a 1.5 °C sobre niveles preindustriales, un límite crítico para la supervivencia humana.
Rosalía Ibarra Sarlat, especialista en derecho ambiental del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, y Bernardo Bastien Olvera, investigador en Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, comentaron que las declaraciones de Guterres reflejan la gravedad de la situación. Para Ibarra, hablar de una “negligencia mortal y fracaso moral” ante la crisis climática no es exagerado.
La investigadora recordó que en los últimos 30 años se han registrado más de 9,000 eventos meteorológicos extremos que causaron millones de muertes, principalmente en países vulnerables. Destacó que el mensaje de Guterres busca impulsar la acción climática y alertar sobre cómo la actividad humana, especialmente industrial, ha acelerado los cambios climáticos mediante grandes emisiones de gases de efecto invernadero.
Bastien agregó que la advertencia de la ONU requiere un contexto histórico, ya que desde los años 70 se conocía el daño que provocaría el cambio climático, pero la industria fósil invirtió recursos para desacreditar la ciencia climática y generar dudas, logrando mantener su influencia en sistemas económicos y políticos.
De acuerdo con el investigador, el cambio climático también afecta tres aspectos esenciales del bienestar humano: lo que consumimos, con lo que interactuamos y lo que valoramos. Las olas de calor pueden reducir la productividad y encarecer productos; la degradación de ecosistemas como manglares aumenta la vulnerabilidad ante huracanes; y la pérdida de especies, como los osos polares, disminuye nuestro bienestar simbólico y ético como humanidad.



