Publicado: noviembre 22, 2025, 4:30 am
Cuando en 2005 se estrenó en cines la adaptación a cine de la novela de Roald Dahl llevada a cabo por Tim Burton, la joven Winter tenía solo doce años.
En ella recayó la responsabilidad de interpretar a Veruca Salt, una de las afortunadas que había encontrado un billete dorado para visitar la fábrica de chocolate de Willy Wonka gracias al despilfarro económico de su padre, que le había procurado chocolatinas suficientes como para asegurarle el billete.
Nacida en Estocolmo y criada a caballo entre Suecia y Londres, antes de ese gran salto Winter no figuraba entre las promesas infantiles más publicitadas. Según algunas biografías, su experiencia escénica se reducía a algún taller de teatro y su elección para la película fue algo totalmente inesperado.
Tras el estreno de la película, Winter no continuó con una carrera cinematográfica habitual: su filmografía es muy escueta y no hay una transición hacia nuevos grandes papeles que captaran la atención.
A mediados de la primera década de los 2000, empezó a trazar otro camino: se retiró de la actuación y se centró por completo en sus estudios, que terminaría por dirigir hacia el campo de la medicina.
En 2020, según los datos del Karolinska Institutet, una de las más prestigiosas universidades de medicina del mundo, ubicada en Estocolmo, Winter obtuvo un Máster en Medicina y figura como estudiante de doctorado (PhD) en el Departamento de Medicina Molecular y Cirugía de la misma institución.
A día de hoy, sigue inscrita como investigadora en el grupo de Cirugía Endocrina. Su línea de trabajo aborda temas clínico-epidemiológicos. Firma como autora principal un artículo reciente, de este mismo 2025, en el que explora la factibilidad de un programa de apoyo online para supervivientes de cáncer con síntomas psiquiátricos.
En este momento, Winter combina su formación médica con una práctica investigadora orientada a la salud pública, lejos de los focos del cine pero con impacto profesional tangible. Un buen recordatorio de que una estrella pasajera puede reinventarse por completo y con un éxito brillante en otro escenario completamente diferente.
