Adiós a la hormonofobia en la menopausia: «La alternativa es envejecer con rapidez» - Venezuela
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Adiós a la hormonofobia en la menopausia: «La alternativa es envejecer con rapidez»

Publicado: noviembre 21, 2025, 11:30 pm

Al llegar a los 50 años, las mujeres se dividen en dos grupos: las que asumen que los sofocos , la sequedad vaginal o el insomnio son inevitables y un proceso natural de la edad; y otras que se rebelan e intentan combatirlo con terapias hormonales, pero casi siempre con el temor a estar comprando más papeletas en la lotería del cáncer. El miedo al cáncer de mama y al uso de estrógenos y otras hormonas, empezó a extenderse hace dos décadas por un estudio que relacionaba la terapia hormonal de la menopausia con un aumento de casos, además de problemas circulatorios graves como la trombosis. Con el tiempo se demostró que aquella investigación tenía sesgos, que no todos los tratamientos eran iguales y que, utilizados de forma personalizada, los beneficios superaban ampliamente los riesgos. Aunque aún queda mucha leyenda urbana. «Algunos ginecólogos y médicos de Atención Primaria siguen extendiendo un temor que causa mucho daño a los pacientes. En España estamos infratratando a las mujeres», lamenta Jesús Presa Lorente, jefe de Ginecología del Hospital de Jaén y portavoz de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM). Por eso el reciente anuncio de Estados Unidos de eliminar las advertencias de riesgo grave de los prospectos de estos medicamentos se acoge con «entusiasmo», desde esta sociedad científica. Creen que la decisión, basada en la evidencia científica actualizada, supone un paso decisivo hacia la normalización de la terapia hormonal de la menopausia y la recuperación de su papel como una herramienta «segura y eficaz». «Aunque llegue tarde, el peso que tiene Estados Unidos puede ayudar a cambiar el mensaje en el resto del mundo», puntualiza Jesús Presa, quien cree que se ha perdido la opción de tratar a muchas mujeres «por el exceso de celo» o «paternalismo» de muchos médicos. Y también porque ellas no acuden al médico «porque mi madre tampoco tomó nada». «La alternativa a no tomar estrógenos es envejecer con rapidez», no duda Guillermo Antiñolo, catedrático de Ginecología de la Universidad de Sevilla. Y enumera con rapidez la larga lista de problemas de salud que aparecen con la menopausia más allá de los sofocos: pérdidas de memoria y mayor riesgo de alzhéimer, cambios de ánimo, aumento de peso, afectación sexual, subida del colesterol, más posibilidades de ictus, infarto, hipertensión, diabetes, problemas óseos… «Todo está relacionado con la pérdida de la producción de estrógenos de los ovarios. La salud empeora de forma radical en las mujeres a partir de los 50 años». Lo cuenta en su libro ‘La revolución del genoma femenino’ (Editorial Planeta), donde defiende que la terapia hormonal en la mujer debería formar parte dentro de su programa de envejecimiento saludable. «La menopausia no es una enfermedad, pero se convierte en un problema de salud si no se trata de forma adecuada. El tratamiento hormonal es casi como la insulina para un diabético, si no se la pone, tendrá problemas», explica. Los ginecólogos que forman parte de la Asociación para el Estudio de la Menopausia creen que ha habido un rechazo injustificado a las hormonas, una hormonofobia alimentada por etiquetas de advertencia desproporcionadas y estudios mal interpretados. Por ello, invitan a las autoridades sanitarias europeas a revisar sus propias directrices tras el paso que ha dado la FDA , la Agencia del Medicamento de Estados Unidos. «Es cierto que hay un mínimo riesgo, pero también hay peligro de daño hepático por tomar paracetamol y seguimos tomándolo», señala el ginecólogo Jesús Presa, vocal de la junta directiva de la AEEM. El cambio que ha puesto en marcha Estados Unidos supone un giro radical en el discurso que se ha lanzado a las mujeres en los últimos años. Siempre se ha pedido su toma con moderación por su riesgo. Marty Makary, comisionado de la FDA, anunció el cambio de advertencias en las cajas de los medicamentos y defendió sus virtudes: «La terapia hormonal puede mejorar los resultados de salud femenina más que cualquier otra intervención, posiblemente con la excepción de los antibióticos o las vacunas». Aunque sí reconoció que cualquier paciente con predisposición a sufrir coágulos sanguíneos o con antecedentes de cáncer de mama de origen hormonal debería evitarlo. Para los críticos, sin embargo, eliminar el recuadro negro, la máxima advertencia que prevé Estados Unidos para sus medicamentos, «supone un retroceso para la salud de las mujeres».

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