Publicado: noviembre 21, 2025, 7:00 pm
Las negociaciones climáticas en Belém (COP30) se prolongaron este viernes más allá del cierre programado, ante la falta de acuerdo sobre la declaración final, que no contiene ninguna referencia a la eliminación gradual de los combustibles fósiles.
Las delegaciones seguÃan reunidas a puerta cerrada a las 18:00 (21:00 GMT), hora prevista para el término de la conferencia, para lograr un acuerdo que reafirme el multilateralismo ante la emergencia climática.
Los paÃses discutÃan un proyecto de acuerdo presentado por la presidencia en que ni siquiera figura la palabra «fósiles», lo que enojó a una treintena de paÃses.
Te puede interesar
En un borrador previo sà aparecÃa esa mención de una salida de los combustibles responsables de la inmensa mayorÃa de gases de efecto invernadero.
«Claramente, no hay un acuerdo sobre la mesa», dijo el comisario europeo para el Clima, Wopke Hoekstra.
«La situación está fatal, la presidencia (brasileña) se niega a que haya acuerdo» para una hoja de ruta para acabar con la dependencia de las energÃas fósiles, resumió una fuente de la delegación española.
El jefe de la COP30, el diplomático brasileño André Correa do Lago, instó a alcanzar un compromiso o de lo contrario aquellos que dudan del multilateralismo «van a estar absolutamente encantados».
Te puede interesar
«El tiempo no puede ser un impedimento para que se haga el debate necesario», terció la ministra de Medio Ambiente brasileña, Marina Silva.
Las conferencias de partes (COP) sobre el cambio climático acostumbran a exceder sus fechas lÃmite.
– El paso de Lula –
Los casi 200 paÃses miembros de esta conferencia del cambio climático aprobaron hace dos años, en la COP28 de Dubái, un llamado histórico a abandonar progresivamente los combustibles fósiles, es decir, el gas, el petróleo y el carbón.
Aunque no estaba previsto, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva propuso en Belém dar un paso más para iniciar ese delicado proceso, pese a la oposición de poderosos productores, como Arabia Saudita, y de numerosos paÃses emergentes que son consumidores.
Estados Unidos, el principal productor de petróleo del mundo actualmente, ni siquiera está presente en Belém.
La conferencia no puede terminar «sin una hoja de ruta clara, justa y equitativa para abandonar los combustibles fósiles en el mundo», declaró en rueda de prensa la ministra colombiana de Ambiente, Irene Vélez, en representación de una treintena de paÃses.
Vélez anunció que su paÃs organizará una conferencia internacional para impulsar el abandono de esas fuentes de energÃa el 28 y 29 de abril del año próximo en Santa Marta.
«¿Quiénes son los que más bloquean? Todos los conocemos. Son los paÃses productores de petróleo, por supuesto. Rusia, India, Arabia Saudita. Pero también se les unen muchos paÃses emergentes», declaró a la AFP la ministra francesa de Transición Ecológica, Monique Barbut.
Guardias «clandestinos»
La policÃa brasileña reveló este viernes irregularidades en la seguridad, al dÃa siguiente de un incendio en el recinto de la conferencia, que paralizó las negociaciones y obligó a evacuar a miles de participantes.
Durante las «últimas semanas» controles de la PolicÃa Federal llevaron a «la identificación de empresas clandestinas que realizaban vigilancia patrimonial y seguridad de evento sin autorización», según una nota oficial.
La investigación condujo a la clausura de «dos empresas clandestinas que actuaban de forma irregular en polos de la COP30» y que utilizaban «indebidamente» detectores de metales y radios de comunicación.
Esta es la primera COP que se celebra en AmazonÃa. El recinto, en el llamado Parque da Cidade, construido especialmente para la ocasión, sufrió un incendio que dañó parte de la zona de los pabellones nacionales, cerca de la entrada.
La COP30, que arrancó el 10 de noviembre, ha sufrido varios incidentes.
La presidencia brasileña de la COP recibió la semana pasada una queja de la ONU luego de que una protesta indÃgena forzara el dispositivo de seguridad dentro del recinto.
En la misiva, el jefe de la ONU para el Clima, Simon Stiell, se quejó de la seguridad, pero también de las infiltraciones de agua, que según el gobierno brasileño fueron corregidas.


