Publicado: noviembre 19, 2025, 3:00 am
En materia económica, México vive un momento de notables contrastes, entre lo que se escucha en el discurso oficial y lo que ocurre en la realidad.
Por una parte, el gobierno mantiene una perspectiva positiva sobre el comportamiento de la economía mexicana.
A contracorriente de la mayoría de los analistas económicos privados, que anticipan una tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto que apenas ronda el 1%, en el mejor de los casos, aunque los más, esperan apenas un 0.5%.
Eso, independientemente de que parece que hay una especie de pérdida de memoria de corto plazo.
En la actual administración nadie menciona que en el sexenio pasado, cuando se construyó el primer piso de lo que llaman la cuarta transformación, se registró la menor tasa de crecimiento económico en los últimos 35 años.
La construcción del segundo piso de la cuarta transformación, continúa con un crecimiento muy débil.
Al cierre del 2024, el primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum, la tasa de crecimiento fue de 1.2%.
El Banco de México ha calificado con el término de atonía, el status actual de la economía y la Secretaría de Hacienda, asegura que el momento por el que transita la economía mexicana, “es temporal”.
Los indicadores de consumo, inversión, empleo y la disminución en el número de patrones registrados en IMSS, confirman la debilidad en el crecimiento económico.
Hay otros datos en materia de empleo, que son preocupantes.
El pasado mes de septiembre, el empleo manufacturero en el país acumuló 31 meses en contracción.
La atonía en la industria de la transformación en México, sigue cobrando factura en términos de empleo, revela la información del periodista, Octavio Amador en las páginas de El Economista.
En el noveno mes del año se registraron descensos mensuales en el empleo en 14 de las 21 ramas manufactureras monitoreadas por la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM).
Tomando en cuenta los comparativos interanuales, el número de ramas que muestran contracciones es de 16.
Los datos, hablan de una seria debilidad del sector industrial.
En contraste, el discurso oficial, destaca el vaso medio lleno.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, afirma que el gobierno impulsa e impulsará más la política de sustitución de importaciones.
Explica que la aplicación de aranceles es parte fundamental en la protección y apoyo a la industria nacional.
Son parte de la nueva política industrial mexicana: sustitución de importaciones y la aplicación de aranceles.
Ebrard se fijó un objetivo de corto plazo, demostrar en un año que la nueva política industrial se traduce en empleos, actividad económica y bienestar.
México ha perdido –se informó– más de 100,000 empleos en las industrias textil y del calzado.
El gobierno federal espera generar más de 50,000 nuevos empleos en estos sectores en 2026.
El subsecretario de Industria y Comercio, Vidal Llerenas, aseguró que el sector textil-calzado recuperó 14 mil millones de pesos como resultado de políticas contra el contrabando y la sustitución de importaciones.
En diciembre de 2024, la Secretaría de Economía impuso aranceles a las importaciones de productos de la confección (35%) y textiles (15%) desde países con los que México no tiene acuerdos comerciales, como una medida de protección de casos de dumping, contrabando y otras prácticas de competencia desleal.
Y en septiembre pasado, México puso en vigor cuotas compensatorias definitivas a las importaciones de calzado originario de China que van en un rango de entre 0.54 y 22.50 dólares por par si ingresan al país por debajo del precio de referencia de 22.58 dólares por par.
De acuerdo con lo que dijo Ebrard, México está emulando a Estados Unidos y China, en la aplicación de aranceles para proteger y fortalecer su industria.
Lo que plantea Ebrard parece un viraje respecto de lo que ha sucedido hasta hoy, desde el sexenio pasado y lo que va del actual.
Los datos revelan que México importó más de Asia que de Norteamérica, en el periodo enero septiembre de ese año 2025. Es la primera vez que esto ocurre desde el año de 1993, uno antes de que entrara en vigor el TLCAN.
Los datos oficiales revelan un crecimiento sostenido y acelerado de las importaciones asiáticas, impulsado principalmente por China, que representa alrededor del 20% del total de importaciones mexicanas.
La participación de Asia en el total de importaciones pasó de alrededor del 34% en el 2018 a un récord del 40.5% en 2024.
Los datos del empleo manufacturero, muestran una prolongada caída.
Ojalá que funcione la nueva política industrial. Parece difícil que lo que aumentó aceleradamente en siete años, pueda corregirse en el corto plazo. Sin embargo, habrá que dar el beneficio de la duda. Al tiempo.
