Publicado: noviembre 13, 2025, 9:30 am
La atleta Simone Biles es la gimnasta más laureada de todos los tiempos, con un total de 37 medallas entre Juegos OlÃmpicos y Campeonatos Mundiales y una de las primeras en hablar abiertamente de la salud mental en el deporte.
Durante los Juegos OlÃmpicos de Tokio 2020 decidió retirarse de varias pruebas para priorizar su bienestar psicológico, afectado por la enorme presión mental y emocional que sentÃa, algo de lo que habló abiertamente.
También ha hablado claro y «sin vergüenza» de las operaciones estéticas que se ha hecho últimamente, incluida una por la que aumentó el tamaño de sus pechos. Ha sido en la revista People donde ha hablado largo y tendido.
«Siento que siempre he tratado de ser abierta, honesta y cercana», dice la gimnasta. Y es que ella asume que es un referente y siente la responsabilidad de serlo: «La gente se identifica con cómo nos sentimos con nosotros mismos, de qué hablamos, por lo que pasamos y cómo lo compartimos abierta y honestamente», hacÃa ver sobre las grandes figuras del deporte.
«Tengo hecha una blefaroplastia inferior porque mi familia y yo tenemos lo que yo llamo ‘bolsas en los ojos de Biles’«, explicaba la deportista de 28 años. «Siempre las hemos tenido, es hereditario, era un gran defecto. Cada vez que iba a una sesión de fotos me preguntaban: ‘¿Podemos ponerte unas tiras correctoras?», revelaba.
Biles también se operó un lóbulo de la oreja que tenÃa dañado tras un enganchón que sufrió con un pendiente, que se le «arrancó».
También se operó los pechos. «Se trata simplemente de sentirse bien consigo misma y quererse a una misma, y siempre he sido muy abierta al respecto».
«Y no es que no me gustara mi aspecto o cómo me sentÃa», sino que «es solo que es algo que obviamente noto un poco más porque vivo en este cuerpo, estoy muy acostumbrada a él«, ponÃa de manifiesto.
No es que quiera ser un ejemplo, porque, aclara, «las redes sociales no son reales», pero opina que su acción «demuestra a las chicas jóvenes que tienen derecho a tomar sus propias decisiones, sean las que sean, y que eso no conlleva ninguna vergüenza».
Por último, Simone revelaba que en su 27 cumpleaños se puso bótox. «No me fue bien. No me gustó porque me quedó una ceja flotante y todo el mundo me preguntaba qué era eso», rememoraba.
