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Estados Unidos y Rusia vuelven a destapar las cartas nucleares: ¿órdago a la vista?

Publicado: noviembre 11, 2025, 12:30 am

Fue ordenar Donald Trump la reanudación de los ensayos nucleares y Vladimir Putin amenazó con hacer lo propio. Los presidentes de Estados Unidos y Rusia parecen empeñados en poner fin a un mundo sin pruebas nucleares, algo que Moscú y Washington no hacen desde 1990 y 1992, respectivamente.

Ambos líderes dicen tener sintonía personal y, sin embargo, la tensión estratégica entre ambas superpotencias, que recuerda a los tiempos de la Guerra Fría, es evidente. Los dos países han pasado de convocar una cumbre en Budapest a plantearse la posibilidad de regresar al órdago nuclear como forma de hacer política.

Ya en agosto pasado, Putin ordenó el despliegue de un submarino atómico cerca de las costas rusas después de que el expresidente ruso, Dmitri Medvédev, sugiriera en las redes sociales un posible apocalipsis nuclear. Después, el pasado 21 de octubre, Rusia probó el misil de crucero de vuelo bajo 9M730 Burevestnik, que se encuentra en su última etapa de desarrollo.

Ahora, Trump amenaza con reanudar los ensayos nucleares de EEUU: «Realmente odio hacerlo, pero no tengo opción», zanjó. Luego, aclaró que había pedido al Departamento de Guerra realizar pruebas de armas nucleares en «igualdad de condiciones» que Rusia y China. Sin embargo, el Kremlin mantiene que sus últimos lanzamientos no fueron en ningún caso pruebas nucleares.

Putin ha preferido no responder en caliente a las amenazas de Trump. En su lugar ha decidido mantener la moratoria mientras EEUU haga lo mismo. Entre tanto, ha pedido un informe al Gobierno sobre la necesidad de reanudar los ensayos nucleares. Sus asesores, entre los que destacan el ministro de Defensa, el jefe del Estado Mayor y el presidente de la Duma, abogan por realizar cuanto antes esas pruebas atómicas.

Pruebas operativas no explosivas

De momento, los ataques son de fogueo. Trump dio la orden, luego la matizó y más tarde el secretario de Energía, Chris Wright, añadió más confusión sobre posibles pruebas nucleares. En una entrevista en Fox News, aseguró que la orden del presidente no incluía por ahora pruebas explosivas. Wright agregó que «las pruebas de las que estamos hablando son pruebas de sistema».

La URSS realizó la última prueba en el archipiélago de Nueva Zembla, el Océano Ártico, al norte de Rusia, en 1990, mientras EEUU la efectuó en 1992 en el estado de Nevada. Por su parte, China hizo uno en 1996. Sin embargo, el último ensayo nuclear no lo llevó a cabo ninguno de esos tres países: Corea del Norte ha efectuado seis entre 2006 y 2017.

Los especialistas precisan que muchos de los ensayos se realizan ya bajo tierra, lo que descartaría la histeria popular que puede desencadenar las imágenes de un hongo radiactivo. El pasado 5 de noviembre, el Pentágono realizó un lanzamiento de prueba con un misil intercontinental Minuteman III.

Disparado desde la Base de la Fuerza Espacial de Vandenberg, en California, fue el primero desde que Trump anunciase su intención de retomar los ensayos con armas nucleares. El Departamento de Defensa (de Guerra ahora) precisó que se trató de una «prueba operativa» de un misil capaz de transportar hasta tres ojivas.

Si finalmente llegan los ensayos nucleares, se pondría fin a la moratoria de tres décadas en el marco del Tratado de Prohibición Total de Ensayos Nucleares (CTBT, en sus siglas en inglés). La CTBTO nació en 1997 y busca la entrada en vigor de un tratado, aprobado por la Asamblea General de la ONU en 1996, que prohíba las pruebas nucleares en todo el mundo. Rusia anunció en 2024 que iba a preparar la normativa para revocar su ratificación de este tratado. Mala señal.

Trump y Putin acumulan el 90% del poder nuclear

Entre EEUU y Rusia acumulan el 90% de todas las cabezas nucleares del mundo. Aunque aparentemente se mantienen estables, la transparencia ha disminuido desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania al mismo ritmo en que ha aumentado la desconfianza.

En términos de ojivas desplegadas, Washington está por delante con 1.770 cabezas nucleares operativas frente a 1.718 de Moscú, según datos del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI).

Sin embargo, en el ámbito de las ojivas almacenadas, Rusia tiene una ventaja considerable con 2.591, en comparación con las 1.930 de EEUU. Además, el arsenal ya retirado también muestra diferencias significativas: la Casa Blanca ha desmantelado 1.477 cabezas nucleares, mientras que el Kremlin ha retirado 1.150.

Pero las potencias nucleares son más. Nueve estados poseen armamento de este tipo: además de Rusia y EEUU, China, Reino Unido, Francia, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel (aunque no lo reconoce explícitamente).

En enero de 2025 había en el mundo unas 12.241 cabezas nucleares. Unas 9.614 se encontraban en arsenales militares para uso potencial. Se estima que 3.912 de esas ojivas estaban desplegadas con misiles y aviones y el resto se encontraban en almacenes centrales.

Desarme nuclear, ¿sin China?

Tanto EEUU como Rusia consideran obsoleto el actual sistema de control de armamento estratégico, ya que no incluye a China, pero tampoco a Francia y el Reino Unido, Corea del Norte, India, Pakistán o Israel, los integrantes del oficioso club nuclear.

El START III fue el último tratado de desarme nuclear entre ambas potencias. Se negoció en los meses posteriores a la elección de Barack Obama como presidente en 2008.

Permitía la vigilancia por satélite y a distancia, así como 18 inspecciones in situ al año para verificar los límites. En cambio, no imponía límites a los sistemas tácticos, en referencia a los aviones con capacidad de actuar como lanzador nuclear. Tampoco cubría los lanzadores de misiles balísticos intercontinentales sobre raíles porque ninguna de las partes poseía esos sistemas en el momento de la firma.

Pero Washington se niega a renovar el START III, que expira en febrero de 2026. De hecho, aún no ha respondido oficialmente a la propuesta rusa de prolongar un año su vigencia. China se niega a sumarse al START.

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