Publicado: noviembre 9, 2025, 3:30 am
Como cada sábado por la mañana, se forma cola en el punto de distribución de alimentos de la iglesia metodista Newman, en Bed-Stuy, un barrio negro –cada vez menos– del distrito neoyorquino de Brooklyn. «El alquiler y la carne», responde con timidez Mariana, que sale con una bolsa de la que sobresalen las patatas, cuando se le pregunta qué es lo que cada vez le cuesta más permitirse. La cesta de la compra se ha convertido en un lujo para gente como esta inmigrante de Ecuador, que sobrevive como puede a una Nueva York en la que el coste de vida se ha disparado. «Junto botellas y cuando puedo hago limpieza», dice sobre sus ingresos. Pero ella y el resto… Ver Más
