Publicado: octubre 21, 2025, 2:00 am
En México, la economía circular ha dejado de ser un concepto aspiracional para convertirse en una estrategia con impacto económico y ambiental. En entrevista, Matilde Saldívar, directora de The Green Expo, aseguró que el país vive un punto de inflexión tras la aprobación en 2023 de la Ley de Economía Circular de la CDMX y la puesta en marcha de programas como Ciudad Circular: Basura Cero.
“En Azcapotzalco ya existe una planta de transferencia y selección que procesa entre 1,000 y 1,400 toneladas de residuos diarios, además de generar empleos calificados. Esto demuestra que la circularidad es una industria real con capacidad de escalar”, destacó Saldívar.
Polos de Bienestar: innovación con incentivos
Desde 2025, los Polos de Bienestar han surgido como nodos estratégicos para atraer inversión privada, proyectos de reciclaje, energías limpias y valorización de residuos. Estos espacios ofrecen beneficios fiscales y gobernanza alineada a políticas ambientales.
“Son puntos donde las políticas públicas se convierten en proyectos listos para escalar, acercando a empresas, academia y gobierno”, explicó.
Las proyecciones internacionales colocan a México como uno de los países con mayor capacidad de generar hasta 4.8 millones de empleos verdes hacia 2030, principalmente en gestión de residuos, innovación en materiales, bioeconomía y remanufactura.
“Estos trabajos implican nuevas habilidades, lo que abre oportunidades para pymes, comunidades y grandes corporativos. México puede convertirse en referente regional si acompaña con financiamiento y capacitación”, afirmó la directora de The Green Expo.
Cuatro industrias concentran el mayor impacto:
Construcción: el reciclaje de escombros en nuevos concretos reduce costos y emisiones.
Envases y plásticos: México recupera 63% del PET posconsumo, ubicándose como líder regional.
Agroindustria: el bagazo de caña aporta más del 90% de la bioenergía del país.
Energía y movilidad: el reciclaje de baterías y el hidrógeno verde abren nuevas cadenas de valor.
De acuerdo con estimaciones regionales, los procesos circulares podrían aportar hasta 621,000 millones de dólares anuales en ahorros y eficiencias. “Transformar desechos en oportunidades no es solo un tema ambiental, sino de competitividad”, recalcó la vocera.
Retos por superar
La directora señaló tres obstáculos principales: infraestructura desigual en el país, falta de reglas claras y verificables, y un reto cultural: “Las empresas aún deben dejar de ver la circularidad como un gasto y asumirla como estrategia para competir en mercados más exigentes”.
Programas de compostaje, reciclaje de escombros, y la expansión de Ecobici —que duplicó sus viajes en un año y redujo emisiones— son ejemplos de que la transición ya está en marcha.
“La circularidad en México avanza, pero requiere escala, coordinación y alianzas entre sector público, privado y ciudadanía. Solo así se consolidará como un motor económico y ambiental de largo plazo”, concluyó Saldívar.