Publicado: octubre 10, 2025, 5:30 am
«Solo puedo decir que me emociono y me sorprendo cada día más de estos dos maravillosos seres que han venido al mundo a través de mí, de lo que me enseñan cada día y que mi deseo es acompañarlos y no perderme nada de su devenir. La felicidad que me procura su existencia va más allá de definición alguna, así que solo puedo dar y doy las gracias a Luna y a Gabriel por haberme elegido». Las palabras son de la actriz Rossy de Palma, que con ese cariño hablaba de sus dos hijos, quienes a pesar de estar siempre a su lado y dedicarse a la cultura son dos personas bastante desconocidas para el gran público.
Y esto quizá se deba a que la intérprete de cintas como Mujeres al borde de un ataque de nervios, La flor de mi secreto, Anacleto, agente secreto o 3 bodas de más se ha sentido casi toda su vida más apreciada en Francia, donde incluso ha llegado a ser condecorada con la medalla de Oficial de la Orden de las Artes y las Letras, que en España, donde a pesar de haber recibido también la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes nunca ha percibido un cariño como el que le dispensa el pueblo galo.
Por eso se marchó a vivir una época al país vecino, llegando a ser modelo y musa de Jean-Paul Gaultier. Y allí conoció a un hombre, de quien jamás ha desvelado el nombre, que se convirtió en el padre de sus hijos. La intérprte, que hoy por hoy reside entre las dos capitales, París y Madrid, dio la bienvenida a su primogénito, Gabriel, en 1998, y al año siguiente llegaba su hija, Luna. Con el padre, como ella misma llegó a explicar en su experiencia en Planeta Calleja, vivió una relación tóxica de la que ha preferido no hablar públicamente.
«Nosotros nos quisimos mucho y nuestros hijos se hicieron con amor», afirmó, añadiendo que ella, precisamente por dicha pasión, entró en una etapa muy oscura de su vida. «Yo por amor bajé al infierno, pero es verdad que subí con dos ángeles, que son mis hijos», agregó Rossy de Palma, cuyo verdadero nombre es Rosa Elena García Echave. «Ya en el embarazo él empezó a ser más posesivo, quería dominar [la relación]. Bloqueaba mi instinto maternal, siempre quería tener el mando», continuó.
Todo cambió para ella, sin embargo, cuando se produjo un incidente tan violento que tuvieron que avisar a la policía. Y tras pasar miedo de verdad, su mente hizo click y para la mallorquina ya no hubo vuelta atrás. «Me tuve que ir al hospital donde estaba el médico forense. Y allí una señora que había ayudado a mujeres maltratadas me dijo que tenía que cambiar la cerradura, coger a mis hijos e irme a Madrid. Y eso es lo que hice», rememoró.
Y así, la actriz, que en septiembre cumplía 61 años, ha criado a sus hijos con todo el amor de quien sabe que sin ellos puede que no estuviese aquí, con los pequeños siempre rodeados de una constelación de estrellas entre intérpretes, directores, músicos y otros artistas. A todas esas personas y a su abuela Carmen, que precisamente fallecía a comienzos de este 2025, le deben el haber salido «fuertes y resilientes», como describió Luna a la madre de Rossy de Palma.
Gabriel, el mayor, ha seguido los pasos de su madre en el mundo del celuloide, si bien desde pequeño tenía claro que lo suyo era la cultura. «Dibujar es algo que hago sin parar desde que era pequeño. Me produce mucho bienestar y no lo hago para los demás, sino para mí. Estudio Cine porque creo que me ayudará a contar lo que quiero contar, que igual acaba en un cómic», ha llegado a decir en una entrevista con Harper’s Bazaar.
De hecho, su Instagram está repleto de esos dibujos que hace y en los que se observa cómo, con el paso del tiempo, ha ido depurando el estilo, pero de igual forma se puede hablar de su música. Gabriel comenzó desde bien pequeño a tocar el violín, pero con los años también aprendió a desenvolverse con el piano y el bajo. En su biografía de la citada red social, apunta, sube nueva música a plataformas como Spotify o Soundcloud hecha por él «casi todos los días» a través de su alter ego: Fibonacchiman.
«Yo soy la colega pesada que se intenta hacer la cool mientras que él es el que es cool sin pretenderlo», ha dicho sobre él su hermana Luna Lionne, cuyo nombre artístico proviene de un momento de sororidad. «Como mi madre tiene un nombre artístico siempre he pensado que había que tener uno, así que Luna Lionne surgió durante una cena con amigas cuando tenía 18 años. Tiene que ver con mi signo del horóscopo, Leo, y creo que es un nombre que me representa mucho», explicó en 2022 a Vanity Fair.
Luna también ha seguido los pasos de su madre, pero sobre las pasarelas. Y es que a pesar de que estudió Humanidades y Comunicación Digital, ya ha recogido el testigo de la actriz dos veces nominada al Goya y ha desfilado en la Semana de la Moda de París. De hecho, está dentro de la conocida agencia de talentos Twic. Como su hermano, igualmente tiene conocimientos musicales, tocando el piano desde temprana edad, si bien en su caso prefiere que su instrumento sea su voz, y en sus redes ha hecho más de una versión de temas conocidos.
Amante del yoga, tanto ella como su hermano son dos personas con grandes inquietudes artísticas, siendo común que devoren libros y películas y que ambos, de hecho, suelan escribir. Aun así, hay otra pasión que su madre les ha inculcado y que han podido llevar a cabo gracias a su madre: viajar todo lo que puedan. De hecho, en varias ocasiones lo han hecho en familia, aunque para los tres lo más importante sigue siendo estar juntos.