Publicado: octubre 9, 2025, 4:30 pm
¿Y si la fuente de la juventud fuera, en realidad, el ovario?, se pregunta Eliza Gaylord, investigadora de la Universidad de California en San Francisco y autora principal de un estudio que se publica en la revista ‘ Science ‘ que, gracias a una nueva tecnología de imágenes ha desvelado un ecosistema fundamental en la forma en la que maduran los óvulos y envejecen los ovarios. La información es especialmente relevante en el campo de la fertilidad . Comprender estos cambios puede ser la clave no solo para prolongar la fertilidad, sino también para mejorar la salud. El riesgo de muchas enfermedades relacionadas con la edad aumenta después de la menopausia o la extirpación de ovarios, y retrasar el envejecimiento ovárico podría ayudar a reducirlos. Este equipo de investigadores ya ha iniciado estudios que analizan si algunos fármacos pueden modificar el momento o la velocidad del envejecimiento ovárico y esperan descubrir maneras de ralentizar o retrasar el envejecimiento ovárico, para influir tanto en la fertilidad como en otras enfermedades, como las cardiovasculares, frecuentes en las mujeres después de la menopausia. El reloj biológico es especialmente intenso en los ovarios, los órganos que almacenan y liberan los óvulos de la mujer. Entre los 25 y los 40 años, la probabilidad de concebir disminuye drásticamente cada mes. Durante décadas, los científicos han señalado la disminución de la calidad de los óvulos como la principal causa. Pero esta nueva investigación de la UCSF y el Chan Zuckerberg Biohub demuestra que la causa no reside exclusivamente en los óvulos. Según el estudio, las células y los tejidos que rodean el ovario desempeñan un papel crucial en la maduración de los óvulos y la rapidez con la que disminuye la fertilidad. «Durante años hemos considerado el envejecimiento ovárico solo como un problema de calidad y cantidad de óvulos», reconoce Diana Laird , autora principal del estudio, Y ahora, afirma, « hemos demostrado que el entorno que rodea a los óvulos (células, nervios y el tejido conectivo) también cambia con la edad ». Gracias a una nueva tecnología de imagen, este equipo ha podido ver cómo es el envejecimiento normal en los ovarios de ratones y humanos. Primero, desarrollaron una nueva técnica de imágenes en 3D que les permitió visualizar los óvulos en los ovarios sin tener que cortar los órganos en capas finas, como se hacía anteriormente. Observaron, en ratones con una edad equivalente a 30 a 40 años humanos, una disminución drástica tanto en los óvulos inmaduros en reposo que esperan en reserva como en los óvulos en crecimiento que comienzan a madurar para la ovulación. Y, al igual que las mujeres de 30 años, los ratones no concibieron fácilmente mediante técnicas de reproducción asistida (FIV). Cuando ampliaron las imágenes 3D a ovarios humanos, descubrieron un hallazgo que los óvulos no se distribuyen uniformemente por el ovario. En cambio, se agrupan en «bolsas» rodeadas de zonas sin óvulos. Con la edad, la densidad de óvulos en estas bolsas disminuye. «Fue una sorpresa; supusimos que los óvulos se distribuirían de forma más uniforme según lo que observamos en el ovario en desarrollo», asegura Laird. Explica que «esas bolsas sugieren que, incluso dentro de un mismo ovario, el entorno que rodea a un óvulo puede influir en su duración y en su maduración». Los investigadores estudiaron cómo envejecen las células ováricas y descubrieron 11 tipos principales, incluida la glía, una célula típica del cerebro. También hallaron que los nervios simpáticos se vuelven más densos con la edad y ayudan a controlar cuándo maduran los óvulos. «Toda esta información abre una nueva línea de investigación sobre cómo los nervios, los vasos sanguíneos y otros tipos de células se comunican con los óvulos -explica Laird-. Nos indica que el envejecimiento ovárico no solo afecta a los óvulos, sino a todo su ecosistema ». Gaylord concluye: «Retrasar el envejecimiento ovárico podría promover un envejecimiento más saludable en general».