Publicado: octubre 8, 2025, 1:00 am
El sector industrial, con el textil y de indumentaria a la cabeza, atraviesa una profunda crisis que, según referentes de la actividad, pone en riesgo no sólo la coyuntura, sino también el entramado productivo y social: sólo en este rubro cerraron 381 empresas y se perdieron 11,500 puestos de trabajo en 18 meses. Los datos que surgen de un informe elaborado por ProTejer, representan el 6% del total de compañías que se perdieron a nivel nacional (17,600) y cerca del 10% de la baja de empleos registrados que alcanza a 102,000, entre diciembre de 2023 y junio de 2025.
La combinación de una política de apertura económica con baja de aranceles y desregulación en un contexto de recesión prolongada está teniendo un impacto «devastador», alertaron los industriales y explicaron que lejos de normalizarse, la situación «se espiraliza» hacia otras actividades.
Desde el rubro, que se considera como un «termómetro de la economía» ya que la indumentaria es uno de los primeros consumos que la gente recorta en crisis, advierten que esta situación es un «déjà vu» de ciclos económicos anteriores donde el retroceso textil anticipó problemas mayores para el resto de la economía.
Luciano Galfione, titular de la Fundación que representa a firmas del sector textil, aseguró que «el modelo que no cierra» y apuntó contra la competencia desleal y las medidas de apertura comercial, antes de hacer reformas estructurales que permitan competir. «En Argentina somo 50 millones», dijo y sentenció que el país «no es viable» sin la industria que frente a un punto porcentual de crecimiento genera 3.5 puestos de trabajo más que la agricultura.
Desde el subrubro de producción de sweaters, Pedro Bergaglio, anticipó para el segundo semestre del años, el cierre del 30% de las empresas que se concentran en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. El antecedente más reciente es la crisis que atraviesa la firma Mauro Sergio, una de las textiles más grandes a nivel nacional que despidió 150 personas y redujo 20% la producción.
El dato que sirve de parámetro es el de Utilización de la Capacidad Instalada industrial que promedia apenas el 44%, lo que implica que más de la mitad de la maquinaria y tecnología del país está paralizada, luego de inyectar 1,500 millones de dólares en inversión en los últimos tres años.
Mientras se generó un boom de importaciones con la llegada de forma masiva de productos a través de plataformas como Shein y Temu, la falta de competitividad hizo caer las exportaciones que acumulan dos trimestres con bajas de 2 por ciento.