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A casa y sin cobrar

Publicado: octubre 1, 2025, 8:30 pm

Los visitantes que recorren estos días las calles principales de la ciudad de Washington van a sorprenderse con un espectáculo relativamente inédito: centenares de personas, que digo, millares de personas con cara de mal humor, van abandonando las dependencias de los organismos públicos donde trabajan camino de sus domicilios con bolsas y cajas con los enseres que venían guardado en sus despachos desde hacía meses.

A buen seguro que serán muchas cámaras de las televisiones que estarán filmando el espectáculo deprimente de esa especie de huida del trabajo, bien es verdad que contra de su voluntad. Ser despedido del puesto de trabajo siempre es duro y en los Estados Unidos, donde el despido es libre, tampoco resulta agradable. No es la primera vez que ocurre una desbandada laboral así, la anterior fue hace siete años, pero en este tiempo el riesgo se repitió varias veces aunque al final la cordura política lo frenó a tiempo.

La explicación en líneas generales está simple y llanamente culpa de la incapacidad de los legisladores, lo que más o menos es en España el Congreso de los Diputados, para ponerse de acuerdo: no son capaces de aprobar un presupuesto para poder atender las obligaciones contraídas por la Administración. Como en todas partes menos España, en todos países democráticos, y Estados Unidos es un ejemplo, sin presupuestos no se puede gobernar. Las negociaciones han sido largas y duras, pero la influencia de Trump las ha complicado más.

Se trata de un despido formal, los días que no se trabaja no se cobra y los afectados abandonan su puesto con la doble preocupación de tener que pasarse algún tiempo que puede prolongarse sin salario hasta que haya un acuerdo en el Capitolio para devolverles el empleo. Y esta no es la única ni la más importante. El miedo entre los despedidos es que los superiores aprovechen para hacer algunos despidos y más en estos tiempos en que Trump intenta reducir los gastos públicos. Los otros se los quedan sus afines más fanáticos.

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