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Entrelazados

Publicado: septiembre 23, 2025, 12:30 am

Dos polos, USA y China, como en la guerra fría 1945-89. La Unión Europea ya no cuenta, es cero. A un año del informe Draghi Europa no ha hecho nada. La OTAN es un residuo de otra época, no se sabe bien para qué puede servir, es otro apéndice USA, tan oxidado como ella misma. Occidente es un ente que se desvanece. Occidente ahora dependería de la UE, que persevera en deshacerse. El catedrático y escritor Manuel Arias Maldonado se pregunta en un artículo qué es Occidente hoy, y analiza la pertinente bibliografía.

USA está dirigida por Trump, cuyo perfil en su segundo mandato se define por la estentórea ineptitud. Su gran país aguanta pese a él, pero sus embestidas pueden minar el ímpetu científico, empresarial y tecnológico, tensar el enfrentamiento y destruir el modelo. O quizá ya está destruido y Trump es la prueba, la consecuencia del desastre. Son dudas razonables que se cuecen en el caldero de los días.

El mundo está ya muy mezclado y a pesar de las censuras es un panóptico: todos nos vemos unos a otros en tiempo real, las noticias atraviesan los filtros y el conocimiento es instantáneo. Los bloques siempre han intentado blindar las conciencias de sus súbditos, taponar la información de los otros. El propio mundo está ya confundido, es difícil saber en qué bloque se está o de dónde vienen las influencias. Tiktok es universal.

Las IA’s son nuestras interlocutoras y es difícil imponerles sesgos. Su propio funcionamiento, que es desconocido, necesita cierto nivel de verdad. Daría (o da) más trabajo y consume más energía censurar a la IA que ponerla en marcha. Es posible que con filtros y censuras no funcione, se atasque y sucumba a contradicciones irresolubles. El código informático es universal, la lengua franca que mejor manejan estos prodigios que (creemos) son producto de la mente humana, matemáticas ya inevitables que aprenden de sí mismas y tienden a la autonomía. La libertad que no conseguimos los seres humanos la alcanzarán los programas. Entretanto, pueden incentivar la conexión, tal vez la comprensión o una cierta empatía universal que vendría –por soñar que no quede– de la propia exigencia del software.

En este mundo entrelazado –casi cuántico– los cuerpos están perdidos, tanto por la precariedad material y la incertidumbre que se mide en milésimas como por la agitación de la historia, cuyos embates y crujidos se sienten con más inmediatez que nunca. Esta inminencia colosal también une algo, pues se siente en todas partes a la vez. Y enseguida se sabe si un empentóno una campaña de una potencia sale bien o es un fiasco. Es más difícil disimular. Acabó la época de las grandes filtraciones –de Wikileaks a los Papeles de Panamá– pero todo se va permeando.

Los cuerpos presienten que podrían ser decisivos, que podrían actuar, hacer algo juntos para que el mundo mejore, o deje de empeorar, o sólo para tener algo de esperanza. Presienten que habrá que hacer algo, justo en el momento en el que menos se puede hacer, cuando el simple activismo lleva décadas desactivado, en el baúl de los recuerdos. La posibilidad de cambiar algo, en el mejor de los casos (si hay democracia), consiste en votar a un chiflado antisistema. Se va demostrando que este método no funciona.

Este mundo bloqueado está más mezclado que nunca, las sanciones a otros países son poco eficaces porque hay muchas vías para evadirlas, muchas relaciones, mucha conexión. Faltaría que esa realidad material e intangible de la unidad o el entrelazamiento planetario (una postglobalización) se hiciera más visible, más evidente: que el trasiego incesante, formidable, de negocios, redes, cables, tuberías, personas, barcos y aviones se sintiera con más claridad. Lo sabemos pero no lo sentimos. Priman más los esquemas de las fronteras y los relatos, ya obsoletos, mitológicos, de los países. Netanyahu, en su delirio, ha hablado de “autarquía”, una utopía, o distopía.

Al final todo es comprar, arreglarse, selfiarse, sobrevivir a codazos –a veces a tiros– en el mejor mundo que la humanidad ha tenido hasta la fecha. Los conflictos en tiempo real que nos afligen podrían acelerar esta conciencia común. Siendo enemigos estamos más cerca que nunca. Que la ciencia nos acompañe.

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