Publicado: septiembre 21, 2025, 2:30 am
La UE está siendo capaz de defender sus cielos porque esa es parte también de la amenaza rusa que implica no solo a Ucrania, sino a todo el Este del continente. Los recientes acontecimientos en Estonia, Polonia y RumanÃa han exigido a Europa más acciones: coalición de drones, un escudo aéreo y aprendizaje de lo que ha venido haciendo Kiev en los últimos años. Un total de 19 incursiones con drones rusos entraron en el espacio aéreo polaco, lo que obligó al Gobierno a recurrir al artÃculo 4 de la OTAN para recurrir al apoyo mutuo. Después pasó algo similar en los cielos rumanos, sin destrozos materiales y sin vÃctimas humanas.
Pero la pregunta, ante estos hechos, es: ¿cómo defiende la UE sus cielos?
Ante los últimos acontecimientos, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, puso sobre la mesa el desarrollo de un «muro de drones» extensible a todo el Este de la UE. «Ucrania tiene el ingenio, lo que necesita ahora es escalar la producción, y juntos podemos ofrecérselo para que Ucrania mantenga su ventaja y Europa fortalezca la suya«, expuso la dirigente alemana, que pone las reacciones del Ejército ucraniano como referencia. Para desarrollar esa fortaleza, no obstante, Von der Leyen apeló a la unidad. «Debemos atender el llamamiento de nuestros amigos bálticos y construir un muro de drones. No es una ambición abstracta. Son los cimientos de una defensa creÃble«, espetó, antes de aclarar que esa capacidad «tenemos que desarrollarla juntos y sustentarla juntos para hacer frente a amenazas que son reales» porque «ya no puede haber espacio para la ambigüedad».
La foto completa es algo más peliaguda. La defensa del espacio aéreo en la Unión Europea es, ante todo, responsabilidad de cada Estado miembro. Cada paÃs cuenta con su propia red de radares, centros de control de defensa aérea y fuerzas armadas encargadas de vigilar su cielo las 24 horas del dÃa. Cuando se detecta una aeronave no identificada o que no sigue un plan de vuelo aprobado, se activan protocolos de interceptación: despegan cazas para identificar visualmente el objetivo, establecer contacto por radio y escoltarlo fuera del espacio aéreo si es necesario.
La cooperación multinacional es clave, ya que la mayorÃa de los paÃses de la UE también son miembros de la OTAN. La alianza gestiona el sistema integrado de defensa aérea y antimisiles (NATINAMDS), con centros de mando que coordinan la respuesta ante incursiones y pueden ordenar el despegue inmediato de aviones de combate, incluso de un paÃs aliado distinto al que ha sufrido la incursión. Además, la OTAN mantiene misiones permanentes de Air Policing -una especie de control policial- en el Báltico y en el sureste de Europa para apoyar a Estados con capacidades aéreas limitadas.
En el ámbito de las amenazas de mayor alcance, como los misiles balÃsticos o de crucero, los paÃses europeos disponen de sistemas de defensa antimisiles desplegados en colaboración con la OTAN, como baterÃas Patriot, SAMP/T y sistemas Aegis Ashore precisamente en RumanÃa y Polonia. Estos sistemas comparten información de alerta temprana para detectar lanzamientos y reaccionar en segundos, reforzando la protección colectiva del continente.
Finalmente, la coordinación civil-militar desempeña un papel importante. Organismos como Eurocontrol y la Agencia Europea de Seguridad Aérea ayudan a integrar la gestión del tráfico aéreo civil y militar, evitando incidentes y mejorando la detección de aeronaves sospechosas. En caso de una amenaza real, la respuesta es escalonada: primero identificación, luego advertencia, y si persiste el riesgo, se procede a la interceptación e incluso a la neutralización de la amenaza para garantizar la seguridad de la población.
Para ser autónoma, la estructura europea de fuerzas necesita capacidades crÃticas, asumir el mando y control
Daniel Gil, analista en The Political Room especializado en UE, insiste a 20minutos que el bloque comunitario para invertir más en defensa, pero la cuestión no es si invertir más en defensa o no, porque «ahà ya hay un consenso, está asumido». De este modo, la clave está en el cómo. «Hay que preguntarse qué entendemos por gasto en defensa y sobre todo cuáles son sus ejes», recuerda el experto. Francia por ejemplo no separa el gasto en Defensa de la polÃtica industrial europea; debe ser «una pata más para reforzar esa industria», en una suerte de proteccionismo al menos en esa área. «Desde el punto de vista francés todo gasto militar tiene que estar supeditado a la reindustrialización».
Hay paÃses que hablan de «capacidades para defenderse de un ataque militar si se da el caso», y eso requiere, dice Gil, «inversiones en la operatividad de los ejércitos europeos». Ahà la prioridad es «reforzar la capacidad militar y no tanto la industrial». Se da por tanto una brecha importante porque al final son dos caminos muy diferentes. Dinero a la industria europea o dinero a comprar armamento a otros paÃses para suplir esos déficit a corto plazo. «Lo segundo no contribuirÃa a reforzar la autonomÃa estratégica», añade el analista. Son enfoques, recuerda, «que se pueden complementar», pero de momento hay dos ‘equipos’ entre los 27 sobre cómo tiene que hablar la UE el lenguaje de la defensa, del poder duro.
En realidad, y más allá de los drones, la parte operativa de la UE de la defensa «no ha progresado como se esperaba», explica Félix Arteaga en un análisis del Real Instituto Elcano. «Tras renunciar a contar con una fuerza expedicionaria de 60.000 soldados, la UE apenas cuenta con un par de grupos de combate operativos que se desea remodelar para disponer de una Capacidad de Despliegue Rápido de nivel brigada. Tampoco dispone de capacidades estratégicas de inteligencia, mando y control, defensas aéreas y de ataque en profundidad, entre otras, que dependen de Estados Unidos», resume.
AsÃ, se da una dicotomÃa entre la Unión Europea y la OTAN, que «sà se ha encargado» en los últimos años de este tipo de despliegues. «La UE no ha sido capaz de emular el ritmo de generación de unidades multinacionales que la OTAN ha puesto en marcha ni de integrar las unidades bilaterales o subregionales que han desarrollado paÃses europeos en sus espacios de interés estratégico dentro de un marco de defensa común», explica Arteaga.
Los europeos tienen que asumir, concluyen desde Elcano, que la defensa europea «es cara», pero necesita estar a la altura en estos momentos. En este sentido hay tres puntos clave: «Para disuadir, la defensa europea necesita ganar escala, cubrir todo el espectro del uso de la fuerza y armonizar su equipamiento. Para ser autónoma, la estructura europea de fuerzas necesita capacidades crÃticas, asumir el mando y control de las fuerzas europeas y reservar para EEUU el papel de refuerzo. Para ser creÃble, y que todos los Estados miembros confÃen en su protección, la defensa europea debe proporcionar más garantÃas que las defensas nacionales», termina.