Publicado: septiembre 19, 2025, 10:30 pm
Desde su lista de requisitos «raros» en una mujer hasta la creación de un máster de 4.000 euros que te enseña a «cumplir tus sueños» y «ser feliz», pasando por su decisión de hacer pesas en una habitación de hospital con su esposa al lado, a pocas horas de dar a luz, son muchas las polémicas en las que JPelirrojo se ha visto envuelto en los últimos años.
Sin embargo, no ha sido hasta este jueves 18 de septiembre, coincidiendo con el enorme revuelo formado por sus declaraciones en Esperados Podcast, cuando el veterano youtuber ha dicho ‘basta’ ante la campaña de acoso a la que, tanto él como su mujer, Rebecca, se habrÃan visto expuestos tras las crÃticas que, presuntamente, vertieron sobre ellos algunas personalidades de internet como Soy una pringada, Melo Moreno y Celopan, entre otros.
«Podéis defender que es ‘humor’ el contenido de odio de gente que ‘es solo un personaje’ o de gente que lucha por ‘la gran justicia social'», señaló JP a través de historias de Instagram, destacando los comentarios negativos de una usuaria anónima, asà como las miniaturas de algunos de los vÃdeos más virales en torno a su figura. «Podéis justificarlo como queráis, pero lo único que generan es odio. Odio real de gente real».
Lejos de quedarse ahÃ, Juan Miguel Flores, como se llama en realidad, alzó la voz en contra del «modelo de negocio» de ciertos influencers que se dedican, según él, a perjudicar su imagen pública y la de su familia, fomentando que la gente los insulte y los hostigue por privado. «¿Vais a seguir tachando de ‘justicia’ el odio que generan ‘exclusivamente’ por las visitas y el dinero que ganan con ello?», denunció.
Además, el cantante aseguró que estos creadores de contenido «se aprovechan hasta puntos insospechados» de sus seguidores, los cuales, en este contexto, solo «escuchan y repiten» sus duras crÃticas sin apenas cuestionarlas, convirtiéndolas en «parte de la realidad de la gente, aunque no tenga ni sentido». «No os dais cuenta de que hay vidas reales detrás, con emociones y sentimientos», agregó.
«¿Me lo habré merecido?»
Para ilustrar el alcance del acoso, el influencer se planteó dos escenarios hipotéticos a partir de su realidad actual, comparando su caso al de la actriz Verónica Forqué y al activista de extrema derecha Charlie Kirk, ambos fallecidos por causas muy distintas. «¿Qué pasará el dÃa que no sea suficiente fuerte y me quite la vida», se preguntó JP, acompañándose de una fotografÃa de la actriz de Kika.
Según explicó, sus numerosos detractores intentarán «justificar» la campaña de odio en la que se ve inmerso, excusándose en la salud mental del madrileño para, acto seguido, olvidar el asunto «a los tres dÃas». «¿Será ‘arrepentinitis’? ¿Será porque soy débil? ¿O porque ya estaba mal de la cabeza?», continuó.
Del mismo modo, el youtuber destacó el reciente asesinato de Kirk para señalar las posibles conjeturas que suscitarÃa su fallecimiento, en caso de que a uno de sus ‘haters’ «se le vaya la cabeza» y, en vez de amenazarlo de muerte en redes, decida rajarle el cuello y matarlo. «¿Me lo habré ganado por zurdo podemita ‘perro flauta’ que se alegra de la muerte de los toreros? ¿O por fascista tránsfobo machista opresor?», se cuestionó.
Con esta perspectiva, JPelirrojo se dirigió con firmeza a quienes le «rÃen las gracias» a perfiles como Soy una pringada, quien, según él, «ha deseado públicamente que me muere, me maten o me quita la vida muchas veces». «Qué les diréis a mi mujer y a mi hijo si acaban sin marido y sin padre?», espetó el youtuber. «¿Me lo merecÃa? ¿Porque te cae bien un influencer y, por tanto, todo lo malo que diga sobre mà es real?».
Antes de zanjar el asunto, JP se reafirmó en algunos de las actitudes y los comportamientos que lo han situado en el ojo del huracán en los últimos años, tanto su crÃtica postura en torno a que las mujeres lleven maquillaje como su pasión por el deporte. «Me lo merezco, ¿verdad? ¿Por qué tengo que hacer cosas raras cuando estoy feliz?», comentó. «Qué grima, qué cringe… que alguien me quite internet con todo este daño que hago, ¿no?».