Publicado: septiembre 16, 2025, 6:00 am
Cada vez son más los casos de gripe aviar H5N1 confirmados en España, tras la detección del virus en un águila calzada en Valladolid, el reporte de un brote en Doñana y el cierre de varios parques en Sevilla y Málaga. Y no sólo afecta a aves salvajes, sino que hasta el momento también se ha informado de cuatro focos en explotaciones avicultoras (dos en Castilla-La Mancha, en Toledo y Guadalajara, uno en Extremadura y otro en Andalucía).
Al respecto, los expertos recuerdan que la infección en seres humanos es muy poco probable, y que se trata fundamentalmente de un problema de salud animal. Y, precisamente, una de las consecuencias más importantes de la enfermedad es su potencial impacto económico; en esta ocasión, por ejemplo, Hong Kong ya ha anunciado que deja de comprar carne de ave y huevos de las provincias afectadas.
España, en el centro de las rutas migratorias
La gripe aviar provocada por el virus H5N1 no es un fenómeno nuevo. El patógeno se detectó por primera vez en 1996 en China, y circula entre animales a nivel mundial desde el año 2020. Sin embargo, las olas de los últimos dos o tres años tienen algo de especial; nunca antes se había detectado en tantas especies diferentes (al menos 485 de aves y 48 de mamíferos, según un informe dirigido por el veterinario Pablo I. Plaza y publicado por los Centros de Control de Enfermedades estadounidenses en el medio académico Emerging Infectious Diseases ).
En buena parte, la expansión global del virus se explica por los movimientos migratorios de muchas especies de aves acuáticas, que son el principal reservorio natural del virus. Estos animales entran posteriormente en contacto con otras especies de mamíferos o aves, en ocasiones de ganadería o avicultura, iniciando así una cadena de transmisión en las explotaciones que puede tener un elevado coste económico y, en casos raros, ser el punto de partida de casos esporádicos en los seres humanos.
El patrón sitúa a España en una posición de riesgo, ya que nuestro país constituye una parada importante en las migraciones de un gran número de aves que se desplazan desde África hacia tierras más frías del norte de Europa en primavera y en sentido contrario en otoño. Por ello, es habitual que el número de casos detectados se incremente en estas estaciones.
Un impacto limitado
Aún así, el impacto en nuestro país en los últimos años ha sido todavía limitado. De hecho, los brotes actuales en granjas son los primeros tras más de dos años en los que España se ha mantenido como estado libre de gripe aviar (en aves de corral, ya que sí que existía constancia de que el virus circulaba por el territorio).
En gran medida, uno de los factores que explican esta baja incidencia es una regulación biosanitaria estricta, que dificulta que las aves de corral entren en contacto con animales salvajes y que se inicien brotes.
De la misma forma, por el momento no se han detectado en España las mutaciones en el virus que facilitan su salto a los mamíferos, por lo que el riesgo de que los brotes se extiendan (como si ha sucedido en Estados Unidos) a explotaciones bovinas o porcinas es bajo. Con todo, hay que recordar que hace tres años se produjo un brote en una granja de visones gallega, que obligó a sacrificar casi 52.000 animales; no obstante, se piensa que en aquel caso la mutación surgió en la propia explotación con lo que las medidas tomadas habrían cortado la transmisión de la misma.
Un virus que debe vigilarse
Por ahora, el consumo de productos animales en España se considera seguro, y en el corto plazo es poco probable que veamos grandes consecuencias económicas de la gripe aviar; estamos lejos de fenómenos como el aumento de precio de los huevos que sí que se ha producido en países como los Estados Unidos.
En cualquier caso, no debemos olvidar que las olas de infección en otros lugares del mundo pueden tener también un impacto ecológico y económico importante en otros países. La panzootia (equivalente a una pandemia en animales) de gripe aviar es un problema global, y organismos como la OMS insisten en la necesidad de una respuesta coordinada entre los distintos estados.
Respecto a la posibilidad de que los brotes se contagien a los seres humanos, todavía es remota. Sin embargo, los expertos llevan años advirtiendo de que es algo que debe pasar, por lo que es de vital importancia que exista una vigilancia de las cepas y mutaciones del virus que circulan en cada territorio y que se pongan en marcha las máximas medidas de precaución posibles sobre todo en las personas que trabajan con aves, que son la población en mayor riesgo.
Referencias
Plaza PI, Gamarra-Toledo V, Euguí J, et al. Recent Changes in Patterns of Mammal Infection with Highly Pathogenic Avian Influenza A(H5N1) Virus Worldwide. Emerging Infectious Diseases (2024) DOI: 10.3201/eid3003.231098.