Publicado: septiembre 15, 2025, 8:30 am
Las bombas de racimo están prohibidas por un tratado internacional y sin embargo cada año hieren y matan a decenas de personas. En 2024 fueron al menos 314 en todo el mundo, un 43% más que en 2023. El dato es del último informe publicado por la organización civil internacional Cluster Munition Coalition (CMC), que hace campaña a favor de la eliminación de este tipo de armamento a nivel mundial.
La Convención de Oslo de 2008, Convención sobre Municiones de Racimo, es un tratado internacional que prohíbe el uso, producción, almacenamiento y transferencia de este tipo de armas. Lo han firmado 111 países. En su artículo 1º prohíbe explícitamente que los Estados colaboren o faciliten la realización de actividades prohibidas relacionadas con las municiones de racimo. Pero cada año, hay países que utilizan esta clase de bombas.
El informe ‘Cluster Munition Monitor 2025‘ examina la situación actual en relación con ese acuerdo. El que ahora se presenta muestra que durante 2024 se documentaron 314 muertos o heridos a nivel mundial a causa de estas bombas. No obstante, los redactores del documento aseguran que es probable que la cifra real sea «mucho más alta», dado que muchas de las víctimas no son registradas oficialmente.
El artículo 2º de la Convención define las municiones de racimo como aquellas diseñadas para dispersar o liberar submuniciones explosivas que pesen menos de 20 kilogramos. La característica de muchas de estas pequeñas bombas es que no detonan al momento de su lanzamiento, lo que conlleva un riesgo prolongado para la población civil en los territorios afectados, incluso después del fin de los conflictos armados.
Las municiones de racimo y sus restos continuaron afectando de forma desproporcionada a la población civil: todas las víctimas registradas en 2024 fueron civiles. Sin embargo, señala CMC, «la falta de fiabilidad en los informes sobre bajas militares impidió que se incluyera el número de bajas militares en el conjunto de datos». Del total de víctimas, 257 fueron resultado de ataques con bombas de racimo y 57 por restos de estas municiones.
Ucrania, dos tercios de las víctimas
Ucrania figura por tercer año consecutivo como el país con un mayor número de víctimas a causa del uso de municiones de racimo, en medio de la invasión desatada por Rusia en febrero de 2022. El año pasado, se documentaron 208 víctimas por el uso de este tipo de bombas, lo que lleva la cifra desde el inicio de esta guerra hasta los 1.231 muertos o heridos.
En Ucrania se reportaron unos 40 ataques con municiones de racimo en 2024, sin que se registrara el número de víctimas. Es por esto último, que no se haya especificado las víctimas asociadas, que Cluster Munition Coalition cree que la cifra podría ser superior.
«Tanto Rusia como Ucrania usaron municiones de racimo en Ucrania en 2024″, afirma el documento. Se apunta que «no hay ataques verificados» por parte de Ucrania con este tipo de armamento contra territorio ruso, si bien las autoridades rusas han denunciado más de 110 víctimas civiles en el país en incidentes de este tipo, sin que haya confirmación externa.
Víctimas en otros ocho países
Además de en Ucrania, en 2024, se registraron víctimas por bombas de racimo en otro ocho países: Afganistán, Irak, Laos, Líbano, Mauritania, Myanmar, Siria y Yemen. En todos esos países, excepto Myanmar, se registraron nuevas víctimas por restos de municiones en racimo. Myanmar, Siria y Ucrania no han firmado la Convención de Oslo.
En el caso de Myanmar, el informe apunta que existen pruebas sobre el uso de estas municiones por parte del Ejército desde 2022, con informes sobre ataques de este tipo en 2024 y la primera mitad de 2025, incluido uno perpetrado en junio contra una escuela en Paingyak, en el estado de Karen.
En Siria, recuerda que las Fuerzas Armadas usaron estas municiones «de forma extensa y reiterada» entre 2012 y 2020 y que «continuaron usándolas entre 2021 y 2024», antes de agregar que «no hay pruebas de que el gobierno de transición las haya empleado tras derrocar en diciembre de 2024 al régimen de Al Assad«.
La Cluster Munition Coalition destaca que Tailandia «pareció admitir» el uso de municiones de racimo en el conflicto fronterizo con Camboya en julio de 2025. Además, el Ejército de Israel denunció el uso de este armamento por parte de Irán en uno de los ataques registrados durante los diez días de conflicto en junio.
Los niños son casi la mitad de las víctimas
En 2024, los datos desglosados por sexo y edad sobre las víctimas de municiones de racimo eran muy escasos, especialmente en los países afectados por conflictos, donde la elaboración de informes era difícil. Sin embargo, en los casos en que se conocía el sexo, la mayoría de las víctimas seguían siendo hombres y niños, según el informe de CMC.
Los niños corren un riesgo especialmente alto de sufrir daños por los restos de bombas de racimo, especialmente las submuniciones. Según los datos de la organización que redacta este informe, los niños representaron el 42% de todas las víctimas registradas por restos de municiones en racimo en 2024.
Un total de 29 países están contaminados, o se tienen sospechas de que lo están, por estas municiones, incluidos diez Estados que han firmado el tratado de Oslo: Afganistán, Alemania, Chad, Chile, Irak, Laos, Líbano, Mauritania, Somalia y Sudán del Sur. A la lista se sumó Birmania en 2024, a pesar de no ser miembro de la convención.
Qué países fabrican bombas de racimo
Según la Cluster Munition Coalition, en la actualidad hay 17 países que siguen produciendo bombas de racimo o se reservan el derecho hacerlo. Son Birmania, Brasil, China, Corea del Norte, Corea del Sur, Egipto, Estados Unidos, Grecia, India, Irán, Israel, Pakistán, Polonia, Rumanía, Rusia, Singapur y Turquía. Ninguno de ellos es parte de la convención.
Durante el periodo estudiado se determinó que Irán, Birmania, Corea del Norte y Corea del Sur habían continuado con su producción de este armamento. De hecho, municiones de racimo fabricadas en Corea del Norte han sido usadas este mismo año en Ucrania. No queda claro si las lanzaron las fuerzas rusas o las tropas norcoreanas desplegadas en la región rusa de Kursk en apoyo a Moscú ante la incursión lanzada por Ucrania en agosto de 2024.
Además, CMC recuerda que, entre julio de 2023 y octubre de 2024, EEUU anunció el envío de siete paquetes de estas municiones a Ucrania, mientras que Kiev «pudo haber adquirido municiones de racimo de otros países desde 2022, si bien las informaciones sobre estas transferencias fueron negadas por los países implicados».
Hasta la fecha, todos los países miembro de la convención han eliminado sus arsenales de municiones de racimo, destruyendo 1,49 millones de municiones y 179 millones de submuniciones. «Los gobiernos deben actuar ahora para reforzar el estigma sobre estas armas indiscriminadas y condenar su uso continuado», afirma Mark Hiznay, director asociado de crisis, conflicto y armas de Human Rights Watch (HRW) y uno de los editores del informe.